Jerez brinda por una década de Vinos de España

Desde hace una década, la escena vinícola española ha visto cómo uno de sus eventos más entrañables ha florecido desde Jerez de la Frontera, cuna del flamenco y ahora también epicentro de un encuentro que celebra lo mejor de la vinicultura nacional: "Vinos de España, una pasión". Este año, el evento regresa a su lugar de origen para celebrar su décima edición, tras haber dejado huella en diversas ciudades andaluzas, cada una con un encanto histórico y cultural único.

La iniciativa de Juan Manuel Hidalgo, heredero de la bodega Emilio Hidalgo, no solo ha sobrevivido el paso del tiempo y las circunstancias adversas como la pandemia de 2020, sino que ha prosperado, convirtiéndose en un punto de encuentro imprescindible para quienes aman el vino y aquellos que lo elaboran. La idea nació en 2014, coincidiendo con la designación de Jerez como capital europea del vino, y desde entonces, ha sido mucho más que una simple muestra vinícola; ha sido un festival que celebra la diversidad y riqueza de los vinos españoles.

Este 25 de abril, el histórico enclave de La Atalaya será testigo de cómo más de 200 referencias vinícolas y 53 bodegas de 26 indicaciones geográficas diferentes se dan cita en un evento que promete ser un escaparate de la calidad excepcional y variedad que España tiene para ofrecer al mundo del vino. Desde Txacolí en el País Vasco hasta los finos de Jerez, pasando por los robustos Ribera del Duero y los aromáticos cavas de Cataluña, cada bodega traerá lo mejor de su producción.

La organización del evento se cuida de no caer en la masificación. Con un aforo limitado a 400 personas, pretende ofrecer una experiencia más íntima y valiosa, donde cada asistente pueda interactuar directamente con los enólogos y responsables de las bodegas. Esta proximidad no solo enriquece la experiencia sino que también educa, pues no hay mejor manera de entender un vino que escuchando a quienes lo crean y lo cuidan hasta su maduración.

Además de vino, el evento servirá como una ventana a otros productos gourmet de la región, desde el jamón ibérico de Montesierra hasta el caviar de Riofrío, asegurando que cada paladar encuentre nuevos sabores para explorar y disfrutar. Este enfoque culinario complementa perfectamente la oferta vinícola, demostrando que el vino es, efectivamente, cultura, tradición y, sobre todo, una forma de vida.

La contribución de la ciudad de Jerez, junto con entidades como Ibercaja y Solera Motor, refuerza la importancia de este evento no solo como un motor económico y turístico, sino como un legado cultural que Jerez ofrece al mundo. La elección de volver a sus raíces en esta décima edición no es solo un homenaje a su comienzo, sino una afirmación de su compromiso continuo con la excelencia y la pasión por el vino.

El acceso al evento se facilita mediante una acreditación, que se puede adquirir por un precio de 38 euros, lo que permite a los asistentes disfrutar de un día completo rodeados de lo mejor de la vinicultura española, con la comodidad de poder entrar y salir a su antojo durante las horas de apertura. Esta flexibilidad asegura que el disfrute de los vinos pueda ir acompañado de un paseo por la ciudad o una comida ligera, convirtiendo la experiencia en algo más que una simple degustación; se transforma en un verdadero viaje cultural y sensorial.

Así, "Vinos de España, una pasión" no es solo un evento para catar vinos; es un espacio donde se celebra la riqueza vinícola de España, se educa sobre su diversidad y se disfruta de la belleza de una de sus ciudades más emblemáticas. Una década después de su nacimiento, sigue siendo un símbolo de cómo la tradición y la innovación pueden ir de la mano para ofrecer algo verdaderamente único.