Conocé 3 DO catalanas con influencia mediterránea

Los vinos nacidos en climas mediterráneos suelen seducir a primera vista con un color profundo y enamorar en nariz y boca con su gran intensidad. Hoy elegimos la DO Costers del Segre, la DO Pla de Bages y la DO Conca de Barberá para empezar a enamorarnos de estos vinos con acento mediterraneo.

Mariana Gil Juncal

Martes 26 de Marzo de 2024

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Cuando hablamos del vino mediterráneo hablamos de vinos cultivados bajo un clima dominado por una influencia del mediterráneo. En el caso de España estos vinos se encuentran en la zona del Levante, Andalucía, las islas Baleares y en Cataluña.

Si ponemos el foco en la región Catalana hay más de una docena de DO´s que tienen una marcada influencia mediterránea, pero hoy nos vamos a centrar en algunas de las más emblemáticas para descubrir de qué hablamos cuando hablamos de vinos con influencia mediterránea.

DO Costers del Segre

En la DO Costers del Segre, como en muchos sitios del mundo, la llegada del vino estuvo ligada a la presencia de un monasterio, en este caso el de Poblet, quien en su momento amplió la zona de viñedos en los pueblos cercanos al monasterio. Pero cuando la filoxera arrasó con los viñedos europeos en el siglo XIX, la zona pasó de tener unas 12.000 hectáreas a tan solo 2.500. Además se dio una transformación del parque varietal, ya que se perdieron algunas variedades autóctonas como la Pinoso o la Sansón, dando lugar a la plantación de otras variedades como Macabeo, Monastrell, Trepat o Sumoll.

Recién en 1986 se reconoció a la DO, que fue la primera DO catalana en introducir variedades de origen francés como Chardonnay, Cabernet Sauvignon o Merlot.

Esta DO es una especie de mosaico con suelos calcáreos y arcillosos conformado por siete territorios -Pallars, Artesana de Segre, Urgell, Raimat, Segrià, Valls del Riu Corb y Garrieges- que se encuentran distribuidos a lo largo de toda la cuenca del río Segre y del Pirineo leridano.

Los viñedos de Pallars y Artesa de Segrese encuentran a un mayor altitud, algunos llegan a los 1.200 msnm. Las temperaturas son más bajas y las lluvias más abundantes que en el resto de la DO. En tanto, Raimat, en el extremo occidental de la DO, tiene un terreno suavemente ondulado, con un clima un tanto más continental y temperaturas más extremas. Más allá de las características de cada territorio en particular, todos tienen unainfluencia de la cuenca del Segre, entre los Pirineos y el Río Ebro. Y en las regiones del norte, las temperaturas en la época de maduración suelen ser relativamente bajas, lo que favorece el desarrollo en los vinos de concentración de aromas y acidez.

El dato: La DO Costers del Segre estableció programas de sustentabilidad en los cultivos por lo que los viticultores deben seguir pautas respetuosas con el medio ambiente, en favor de la calidad de las uvas, para de esta forma dar vida a vinos de calidad que otorguen beneficios a las comunidades rurales de la comarca.

DO Pla de Bages

En la DO Pla de Bages la historia no es tan distinta. En el siglo X, Manresa ya era un centro importante de producción vinícola y el Monasterio de Sant Benet de Bages, uno de los principales impulsores de la actividad vitivinícola.

Ya en el siglo XIV, Manresa tenía tanta importancia, que los mismísimos reyes les daban privilegios sobre la producción y el comercio de vinos.

La época de gloria de la zona se vio totalmente pausada con la llegada de la filoxera en 1892. Y la recuperación recién vino un siglo después, cuando en 1995 se reconoció la DO Pla de Bages, al terruño situado entre formaciones montañosas míticas como Montserrat próxima a Barcelona.

Los viñedos de la DO se encuentran en altitudes que van desde los 200 metros hasta las laderas del Montserrat donde alcanzan los 1200 msnm.

Una característica de la DO es la presencia de zonas boscosas que rodean los viñedos, que crean un terroir único que se traslada a los vinos en forma de aromas de monte bajo y balsámicos.

Dentro de las variedades blancas, se destaca la Picapoll Blanco, de color dorado pálido y aromas que recuerdan a fruta ácida, flores blancas y hierbas.  Esta uva da vida a vinos blancos ligeros, intensamente aromáticos y con una gran frescura en boca.

Si hablamos de las tintas, la Sumoll, de escasa coloración a primera vista, aporta aromas a hierbas de bosque y balsámicos, que recuerdan a pino, eucalipto y menta.

DO Conca de Barberà

Si nos vamos para la DO Conca de Barberà, hay que recordar que el yacimiento ibero-romano de Borrells de Barberà acredita el cultivo de la vid allá por el siglo III a.C. De hecho, allí fueron encontradas antiguas ánforas romanas que eran utilizadas para transportar vino.

Después de la Reconquista, las tierras de la comarca empezaron a ser colonizadas, lo que generó cierta actividad social y económica. Y como no podía ser de otro modo, gracias al impulso de las órdenes monásticas del Temple y el Cister (Monasterio de Poblet), la actividad de la viticultura llegó para convertirse en el motor económico y social de la Conca.

Ya en el siglo XVIII la vid era el cultivo principal de la zona y gran parte de lo producido se exportaba dentro de Europa y a las colonias de América.

El dato: Los viticultores de la Conca fueron pioneros en España en agruparse en cooperativas para trabajar el problema que generó la filoxera en 1894. Y en 1903 construyeron la primera bodega-cooperativa del país.

La DO se encuentra dentro de la llamada ruta del Cister y cuenta con numerosos espacios naturales protegidos en los que la vid forma parte del ecosistema. Como el Parque Natural de Poblet y los espacios naturales protegidos de la Sierra de Miramar y las Montañas de Prades.

La DO Conca de Barberá comparte características climáticas con sus vecinas la DO Tarragona y la DO Penedés que también están abiertas al Mediterráneo. Por un lado, está la sierra de Miramar que tiene una altitud moderada, lo que permite pasar los vientos húmedos de las marinadas, sobre todo gracias al corredor natural de La Riba, que en verano ayuda a suavizar las altas temperaturas.

Si hablamos de variedades, la Trepat es autóctona de la Conca de Barberá. Estaba bastante extendida antes de la llegada de la filoxera y con la posterior reconstrucción del viñedo, se injertó en varias zonas del territorio gracias a su adaptación al medio natural de la Conca. En general, da vinos con baja graduación alcohólica, acidez media y coloración muy ligera, por lo que es muy elegida para elaborar espumosos frescos y frutados.

Mariana Gil Juncal
Licenciada en comunicación social, periodista y sumiller.
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