Estados Unidos podría seguir el camino de Europa sobre la información nutricional en etiquetas de vino

Los nuevos etiquetados de vino prometen transparencia y protección al consumidor

Martes 23 de Enero de 2024

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El mundo del vino se encuentra en constante evolución y transformación, no solo en términos de técnicas de cultivo y producción, sino también en lo que respecta a la normativa y regulaciones que lo rigen. Un tema que ha cobrado especial relevancia en los últimos años es el de las leyes de etiquetado de vinos, tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos. Estas nuevas regulaciones plantean desafíos significativos para los productores y despiertan el interés de los consumidores, quienes cada vez demandan mayor transparencia e información sobre los productos que consumen.

La Nueva Normativa Europea

A partir del 8 de diciembre de 2023, todos los vinos producidos o importados a la Unión Europea deberán incluir en sus etiquetas información detallada sobre ingredientes, alérgenos y datos nutricionales. Esta medida, introducida como parte de la reforma de la Política Agrícola Común (CAP) el 6 de diciembre de 2021, refleja un cambio significativo en la manera en que se presenta la información al consumidor.

La inclusión de detalles como el conteo de calorías, contenido de grasa e información detallada de ingredientes puede parecer contraria a la imagen tradicional y romántica que suelen evocar las etiquetas de vinos europeos. Sin embargo, las autoridades han previsto que toda esta información pueda estar disponible a través de códigos QR escaneables o enlaces a sitios web claramente indicados en la etiqueta, ofreciendo así una solución flexible y adaptada a la era digital.

El camino de Estados Unidos

En Estados Unidos, la situación es aún incierta. Tras una demanda exitosa en 2022, grupos de consumidores anunciaron que el Departamento del Tesoro, a través de su Alcohol Tobacco Tax and Trade Bureau (TTB), requerirá también etiquetas estandarizadas que muestren el contenido alcohólico, calorías y alérgenos en todos los productos de cerveza, vino y licores destilados. Además, se ha acordado comenzar un proceso preliminar de normativas obligatorias sobre el etiquetado de ingredientes.

Sin embargo, la implementación de estas regulaciones en Estados Unidos parece lejana. La TTB aún no ha emitido propuestas concretas y, según expertos del sector, cualquier cambio normativo podría tardar varios años en implementarse.

La adaptación a estas nuevas normativas no está exenta de desafíos. Por ejemplo, Chuck Cramer, director de ventas y marketing en Europa de Terlato, señala que la introducción de marcas prestigiosas como Chimney Rock Winery en la UE se complica debido a que los requisitos de etiquetado varían de un país a otro dentro del bloque, generando confusión y retrasos.

Para facilitar esta transición, compañías como Scantrust e IMERO han desarrollado plataformas y servicios que ayudan a los productores a cumplir con las regulaciones de la UE de manera eficiente y sin necesidad de profundos conocimientos sobre las complejas normativas. Estas herramientas permiten la creación de etiquetas digitales que pueden incluir, entre otros datos, la traducción automática de la información a diversos idiomas, dependiendo del dispositivo del usuario.

Más allá de los desafíos logísticos y de implementación, las nuevas regulaciones de etiquetado plantean interrogantes sobre la transparencia en la industria del vino. En Europa y, potencialmente, en Estados Unidos, los productores deberán revelar información que muchos preferirían mantener en reserva, como el uso de alérgenos y sustancias utilizadas en la clarificación del vino.

Annie Edgerton, experta en vinos y educadora en Flatiron Wines & Spirits de Nueva York, expresa preocupación porque las regulaciones no abarcan todos los aditivos y adulteraciones utilizadas por algunos productores. Sustancias como Mega Purple, un concentrado de jugo de uva utilizado para oscurecer vinos tintos más claros, podrían no estar claramente identificadas en las etiquetas.

Las nuevas leyes de etiquetado en la UE y las propuestas en Estados Unidos reflejan una creciente demanda de transparencia por parte de los consumidores y un cambio en la forma en que se regula la industria del vino. Aunque estas regulaciones representan un desafío para los productores, también ofrecen una oportunidad para aumentar la confianza y satisfacer la curiosidad del consumidor moderno.

Mientras que algunas voces de la industria apoyan la transparencia total, otras advierten sobre los posibles efectos negativos de una información excesivamente detallada. Lo que está claro es que, en un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, la forma en que se presenta y se comparte la información sobre los productos, incluido el vino, continuará evolucionando.

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