De narcotraficante a distribuidor de vinos: Laureano Oubiña busca redimirse a través de la industria vinícola

El que fuera mayor narcotraficante de Europa a finales del siglo pasado, busca un nuevo comienzo en el mundo del vino tras años de prisión

Sábado 25 de Marzo de 2023

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Laureano Oubiña
Oubiña se dedica personalmente a distribuir sus vinos y ajustar los precios directamente con la hostelería, evitando intermediarios.

El conocido exnarcotraficante gallego Laureano Oubiña, con 75 años de edad, actualmente vive con una pensión de 480 euros al mes, cantidad que apenas le alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Oubiña, quien fuera el líder del tráfico de drogas en España y Europa en los años 80 y 90, ha expresado recientemente sus dificultades para pagar los gastos básicos del hogar, como la vivienda, la electricidad y el agua.

En una entrevista concedida a Diario de Arousa, Oubiña relata que sobrevive gracias al negocio del vino. Oubiña ha establecido contactos con amigos y conocidos en el sector vinícola, quienes le han brindado apoyo tanto moral como económico. A pesar de su pasado delictivo, el narcotraficante gallego ha conseguido mantener una cierta popularidad en su entorno, lo que le ha facilitado el apoyo de personas cercanas.

El vino, además de representar una fuente de ingresos y apoyo para Oubiña, también ha sido un elemento clave en su proceso de reinserción. Gracias a sus conocimientos y pasión por el mundo del vino, ha podido establecer vínculos con personas fuera de su pasado delictivo, lo que le ha permitido desarrollar una nueva red social y contribuir a su proceso de reinserción en la sociedad.

De esta modo ha decidido regresar al negocio familiar con su propia marca, Pejurito SL la empresa que ha creado y con la que distribuye personalmente varias marcas propias de vino.

Cabe destacar que Oubiña, nacido en Cambados en 1946, proviene de una familia de viticultores, y desde niño se interesó por el mundo del vino, aprendiendo de su padre y abuelo en la taberna y bodega de la familia. A su salida de la cárcel, en 2017, decidió apostar por la marca Pejurito, un apodo que ya llevaban sus abuelos con el que se conocía a su familia en Cambados, y que se ha convertido en el nombre de su empresa y de sus vinos.

A pesar de su fama y de su pasado polémico, Oubiña ha encontrado buena aceptación en algunos locales cercanos, del Valle del Salnés, así como zonas de Lugo y A Coruña. Afirma que no encuentra ninguna mala cara o mal gesto por su tema. Él mismo reconoce que se empeña en distribuir personalmente sus vinos porque es muy delicado con ellos, tanto para trabajarlos como para beberlos, y porque disfruta trabajando y no puede estar quieto.

Los vinos que distribuye Oubiña se caracterizan por ser equilibrados y afrutados, con baja acidez, "me gusta el vino que te apetece cuando acabas de tomar un café a las 10.00 de la mañana", afirma.

Laureano Oubiña señala el pazo Baion, el que otrora fuera su residencia y que le fue expropiado por el Estado. Actualmente el pazo y sus viñedos pertenecen a la bodega Condes de Albarei donde elaboran el vino Pazo Baión

A pesar de su pasado, Oubiña ha decidido volver a sus orígenes y dedicarse al mundo del vino, siguiendo la misma línea que su padre y abuelo, buscando unir lo tradicional con las normas de ahora. Aunque por el momento no exporta sus vinos, Oubiña asegura que si tuviera la mitad de años, lo haría sin duda, porque gustarían muchísimo.

Laureano Oubiña ha encontrado en el mundo del vino su pasión y su forma de vida, y se dedica semanalmente a distribuir personalmente sus vinos, evitando intermediarios, y ajustando los precios directamente con la hostelería. A pesar de su pasado polémico, Oubiña ha decidido volver a sus orígenes y dedicarse al mercado del vino, y asegura que no debe nada a nadie, aunque reconoce que el sistema judicial y la gente en la que confiaba le han robado todo.

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