Enoturismo bajo el volcán: Valle de La Orotava

El cuarto día de esta ruta de Enoturismo bajo el volcán por Tenerife nos lleva a continuar por la parte...

David Manso

Viernes 03 de Junio de 2022

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El cuarto día de esta ruta de Enoturismo bajo el volcán por Tenerife nos lleva a continuar por la parte norte de la isla en la que visitaremos la D.O. Valle de La Orotava.

Partimos de la población de Icod de Los Vinos donde cerrábamos nuestra anterior jornada. De camino, y antes de sumergirnos en esta zona de producción, haremos parada en Los Realejos.

Mientras que en otras rutas hemos recurrido a los monasterios para buscar en sus cartularios datos y fechas que nos diesen referencias sobre los inicios del cultivo de la vid en la zona, o en otras acudir al campo para que a través de los lagares rupestres estos no dieran una fecha aproximada del inicio de la viticultura en la zona, aquí en Tenerife no solo tenemos el lugar, sino que también el año y la persona. En la Rambla de Castro, es de suponer por localización que en una plataforma en la que hoy se cultivan plátanos, en el año 1497 el portugués Hernando de Castro atraído por la fertilidad de sus suelos volcánicos plantó la primera viña en suelo tinerfeño. Un hecho que origina y estructura toda la historia vitivinícola de la isla y la que os vengo contando en esta ruta. Un espacio natural en el que poder disfrutar caminando, y en el que entre otros lugares visitables encontraremos la Casa de Los Castro, residencia de esta familia primera impulsora de la viticultura en Tenerife.

Tras esta visita el camino nos lleva a recorrer los viñedos del Valle de La Orotava, visitando varias bodegas, entre ellas una de las consideradas entre las 100 mejores del mundo según la prestigiosa revista norteamericana Wine&spirits, Suertes del Marqués. Entre los verdes y frondosos viñedos empiezan a asomar las que serán las futuras uvas, Marian Fernández, Técnico de la D.O. Valle de La Orotava, nos cuenta qué caracteriza a esta denominación, sobre su particular clima y suelos, cuáles son sus variedades más representativas, nos aclarará qué es la "panza de burro", curioso fenómeno meteorológico provocado por los vientos alisios, y conoceremos más sobre ese famoso sistema de cultivo único en el mundo de "cordón trenzado" como un sistema de aprovechamiento del espacio que permite a su vez trabajar otros cultivos, entre ellos la famosa papa canaria. Y como no podía faltar, elegirá dos vinos que representan a esta zona de producción.

Completada la mañana rodeado de los bonitos parajes y paisajes de La Orotava, es momento de disfrutar de la parte gastronómica que comprende el enoturismo. Un buen lugar para ello es el Restaurante San Diego Grill de Isidro Álvarez, uno de los cocineros más representativos de la isla y que él mismo se define como "un parrillero". Un lugar para disfrutar del auténtico sabor canario elaborado al calor de las brasas y con una extensa carta en la que la variedad en vinos también tiene cabida, entre ellos una buena representación de la zona visitada del Valle de La Orotava.

Durante la comida Marian me propone un plan alternativo al que traía. Visitar Puerto de La Cruz. Una ciudad que inicialmente creció en torno a la bonanza motivada por el comercio de la caña de azúcar en el S. XVI y que tras la crisis de precios originada por la competencia con Las Antillas cambió este comercio por el de vino, el cual mantuvo durante 200 años, hasta mita del S. XVIII, viéndose afectada como el resto de la isla ante los diferentes hechos comerciales, aranceles, los intentos de monopolización por parte de los ingleses y el Tratado de Methuen (1.703), narrados en el capitulo anterior en Garachico. Varios acontecimientos, impuestos y tasas a los vinos canarios, el centralismo comercial que motivó el traslado de la Comandancia General a Santa Cruz y el más reciente auge del turismo han ido transformado la actividad del puerto y con ello la de la ciudad.

Para cerrar jornada, desde la D.O, Valle de La Orotava me han preparado una cata sorpresa en La Barrica de los Momentos, un espacio donde el vino tinerfeño cobra un importante papel en su variada bodega. Un momento de relax, de aprendizaje y de disfrute, en el que los vinos catados son acompañados por varios platos típicos como quesos canarios con mermeladas variadas de frutas, un sabroso plato de tomate, ensalada de aguacate, papa asada con mojo picón y un rico pescado de sus costas atlánticas.

Unos vinos que reflejan la identidad de esta zona, elaboraciones de diferentes variedades (Listán blanco, Listán negro, Vijariego, Tintilla,...etc.). Vinos que presentan gran frescura, buena intensidad aromática, mineralidad y, como el resto de los vinos catados en la isla, son únicos y muy particulares. En la próxima entrega viajaremos por la D.O. Tacoronte-Acentejo, conociendo sus paisajes y viñedos, recorreremos el Parque Rural de Anaga, nos volveremos a sumergir en la historia a través de una batalla donde el vino cobra su protagonismo y visitaremos La Casa del Vino de Tenerife.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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