Hallado en Israel un lagar de vino de 5.000 años junto a un santuario cananeo

Martes 18 de Noviembre de 2025

El descubrimiento en Megiddo revela vínculos entre vida cotidiana y prácticas religiosas en la Edad del Bronce Temprano

Arqueólogos en el norte de Israel han hallado lo que podría ser el lagar de vino más antiguo del país, junto a un pequeño santuario cananeo y una figura votiva con forma de carnero. Los descubrimientos se han producido durante unas excavaciones preventivas realizadas antes de las obras para desviar un tramo peligroso de la carretera 66, entre el cruce de Megiddo y Yokne’am. El trabajo ha estado dirigido por Amir Golani y Barak Tzin, de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).

El equipo ha encontrado un lagar de unos 5.000 años de antigüedad, tallado directamente en la roca, dentro de una zona residencial. Cerca del lagar han aparecido también recipientes rituales, entre ellos un santuario en miniatura y una pequeña jarra con forma de carnero. Según los arqueólogos, estos hallazgos pueden indicar que Megiddo, durante la Edad del Bronce Temprano, no era solo un asentamiento grande sino también un centro religioso regional.

La IAA ha señalado que los descubrimientos no tienen precedentes y aportan información nueva sobre la relación entre la vida doméstica cananea, el proceso de urbanización y las prácticas religiosas. El lagar se encontraba en una zona habitada, no en un campo, lo que sugiere que su función iba más allá de la simple producción vinícola. Golani ha explicado que este hallazgo confirma que el vino no solo se consumía sino que también se elaboraba localmente en esa época.

El lagar presenta un suelo inclinado hacia una cuba colectora y está rodeado por casas construidas con muros de adobe sobre cimientos de piedra. Su ubicación central apunta a que pudo tener importancia comunitaria o ritual, posiblemente relacionada con el desarrollo temprano de Megiddo como núcleo urbano. Hasta ahora, las pruebas sobre la elaboración de vino en otras zonas del Levante eran indirectas, basadas en restos de uvas o semillas hallados en vasijas. Esta instalación aporta una prueba directa de producción local hacia el año 3000 a.C.

En la misma área, pero unos 1.700 años después, durante la Edad del Bronce Tardío, los arqueólogos han recuperado un conjunto singular: una jarra zoomorfa con forma de carnero, una pequeña copa y dos cuencos de barro enterrados juntos en un hoyo. La jarra permitía verter líquido por una abertura en el lomo y servirlo por la boca del carnero. La copa pequeña, encajada y algo rota para ajustarse al espacio, probablemente servía como embudo. Golani ha comparado este conjunto con “un juego cananeo para libaciones” usado para ofrecer vino, leche u otra bebida a los dioses. Los objetos fueron intencionadamente rotos y enterrados juntos, lo que ofrece información sobre las prácticas ceremoniales entre la población cananea.

Cerca del lugar apareció también un modelo en barro cocido de un pequeño santuario. Su factura es más sencilla que otros ejemplos conocidos y podría haber sido realizado por personas comunes como ofrenda fuera del gran templo de Megiddo. La colocación deliberada del santuario junto a otros recipientes indica que se trató de un acto consciente de consagración.

Estos hallazgos muestran una continuidad religiosa durante más de mil años: desde la producción comunal de vino hasta actos privados de devoción. Además, refuerzan la importancia histórica de Megiddo como centro principal del culto cananeo y ponen en relación actividades cotidianas con prácticas sagradas.

Las nuevas evidencias contribuyen al debate arqueológico sobre los orígenes del consumo alcohólico. Se sabe que la producción más antigua conocida de cerveza se remonta a unos 13.000 años atrás en la cultura natufiense, también en Israel actual, mientras que las primeras pruebas claras sobre elaboración intencionada de vino proceden del Neolítico en Georgia hacia el 6000 a.C.