Gran Vía 18 conquista Madrid con carnes maduradas y brasas en un espacio retrofuturista

Miércoles 08 de Octubre de 2025

El restaurante fusiona tradición y vanguardia en la Gran Vía, con vistas, terraza y una carta centrada en cortes selectos

El restaurante Gran Vía 18 se ha consolidado como uno de los lugares preferidos en Madrid para quienes buscan carnes de calidad y una experiencia gastronómica centrada en las brasas. Ubicado en las dos últimas plantas del edificio WOW Concept, en la Gran Vía, el local ocupa más de 1.000 metros cuadrados y ofrece vistas directas a una de las principales arterias de la ciudad. El espacio, que antes albergó el histórico Hotel Roma, combina un diseño retrofuturista con mobiliario de autor y diferentes ambientes que permiten tanto reuniones íntimas como celebraciones en grupo.

La propuesta culinaria de Gran Vía 18 gira en torno al uso exclusivo de carbón de encina. Esta elección responde a su combustión lenta y su capacidad para aportar un aroma ahumado que realza el sabor de los productos sin ocultarlo. Bajo la dirección del chef Jairo Jiménez, la parrilla se utiliza no solo para carnes, sino también para verduras como puerros preparados al estilo calçot, pulpo y pescados nobles.

Con la llegada del otoño, el restaurante ha reforzado su carta con una selección de cortes pensados para los aficionados a la carne. Entre las opciones más solicitadas figura el lomo alto de vaca Holstein procedente de los Países Bajos, con seis años de edad y 150 días de maduración. También se ofrecen piezas como el cañón de buey madurado durante 90 días, el vacío de vaca y la chuleta de vaca vieja Simmental con 80 días de maduración. Para quienes prefieren compartir, estas piezas resultan adecuadas por su tamaño y sabor.

La carta incluye además lomo bajo de vaca vieja frisona madurado 60 días, entraña de añojo nacional, t-bone servido con el lomo trinchado y secreto ibérico de bellota acompañado de mojo negro canario. El steak tartar de vaca vieja madurada se presenta con yema a baja temperatura y pan brioche, combinando técnicas tradicionales y actuales.

Las guarniciones mantienen una línea sencilla pero cuidada: boniato frito, patatas baby asadas en mantequilla y romero, patatas fritas hojaldradas, ensalada fresca con cebolleta y vinagreta cítrica, pimientos rojos asados o pimientos de Padrón.

El interiorismo del restaurante busca recrear un gran apartamento inspirado en los años 70, con sofás curvos, librerías llenas de libros y un antiguo estudio de grabación decorado con vinilos. La distribución del espacio permite elegir entre salones acogedores para conversaciones tranquilas o zonas más amplias para grupos numerosos.

En la sexta planta se encuentra una terraza doble que ya es punto de encuentro para quienes desean disfrutar de Madrid desde las alturas. El precio medio por persona oscila entre 50 y 60 euros, mientras que el menú del día tiene un coste de 19,50 euros.

Gran Vía 18 ha conseguido posicionarse como un referente para quienes buscan carnes seleccionadas y una cocina basada en el respeto al producto y la técnica precisa sobre las brasas. La combinación entre tradición culinaria y diseño contemporáneo ha convertido este espacio en uno de los más solicitados por madrileños y visitantes.