¿Podemos considerar al vino desalcoholizado como un vino más?

Escrito porMaría Torres

Martes 27 de Abril de 2021

El vino desalcoholizado ha conseguido en los últimos tiempos gran popularidad, pero qué debemos saber sobre este vino

El producto obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica total o parcial de la uva fresca, estrujada o no, o del mosto de uva es a lo que la legislación europea considera vino. Además añade que se puede reducir el grado de un vino hasta el 20% y una graduación mínima de 8,5 %vol y eso no tendría ni que indicarse en la etiqueta.

Esto se traduce en que es posible rebajar hasta 8,5 la graduación de un vino utilizando técnicas de desalcoholización, y no sería obligatorio indicarlo en el etiquetado y además sería siendo considerado legalmente como vino.

Sin embargo, la demanda manda, y los consumidores exigen vinos con menos graduación (aunque no puedan llamarse "vino"). Por eso hay quienes han ido mucho más lejos y los han rebajado hasta una graduación alcohólica de tan solo 0,5 grados, con técnicas de desalcoholización del vino, es decir prácticamente vinos sin alcohol.

En el tramo intermedio, hasta los 8,5 de graduación, encontraríamos los denominados como "vinos de baja graduación" (aunque legalmente tampoco pueden llamarse así).

En las etiquetas de estas botellas lo que podemos leer es la denominación de bebida obtenida por desalcoholización parcial del vino, pero no aparece como 'vino sin alcohol', ni como 'vino de baja graduación' porque, como hemos visto, esos "no son vinos".

Un galimatías legislativo que el consumidor final simplifica para una mayor compresión de todos en un simple: "vino sin alcohol".

Con todo, Santi M. Amil destaca en La Voz de Galicia, que en este caso, la Unión Europea deja libertad a cada país para que pueda utilizar la denominación de vino sin alcohol.

Quizás la pregunta de oro que muchos se hacen es si la cerveza sin alcohol ha triunfado; ¿por qué no lo iba a hacer también el vino desalcoholizado?.

De hecho, la demanda de este tipo de vinos va mucho más allá de los nuevos consumidores, jóvenes o que buscan un estilo de vida más saludable. Existen mercados en los que este tipo de vino pueden ser todo un éxito, como en los países musulmanes o los asiáticos.

Actualmente los vinos con certificado halal, y las gamas con cero alcohol, son una apuesta firme enfocada a la exportación a países musulmanes.

Algunos expertos señalan que en los últimos tres años hemos asistido a una transformación con estos certificados, elaborando ahora vinos con subproductos de vinificación, que están teniendo muy buena acogida.

El certificado halal abre las puertas de los mercados musulmanes, y los sin alcohol están también triunfando en los mercados asiáticos y de algunos países europeos.

Lo que sí que parece cierto, es que los vinos desalcoholizados, han llegado para quedarse.

Un artículo de María Torres