Jueves 13 de Marzo de 2014
Recibo con cierta frecuencia mucha publicidad sobre ofertas de vinos en diferentes medios: Tiendas de venta online, clubs de venta privada, bodegas etc…
En todos ellos se repite el efecto llamada precio/oferta. Es como si para vender vino necesitamos únicamente este argumento para convencer al posible comprador.
Y digo yo:
· Si ya casi no se come con vino en días de diario.
· El vino es producto prescindible en la lista de la compra.
· Consumimos vino en el entorno de nuestras relaciones sociales, allí donde es importante el qué dirán.
· Consumimos vino como disfrute y no para aliviarnos la sed.
Pues en este entorno me pregunto, ¿Qué llegue a mi bandeja de entrada una oferta de 6 vinos de diferentes zonas por 10€ (los 6 vinos!), va a hacer que compre más? ¿Qué beba más? ¿Qué mejore o que empeore mi imagen de esa bodega? ¿Qué mejore o empeore mi imagen del vino en general? ¿Voy a atreverme a llevar alguno de esos vinos a casa de un amigo que me invita a cenar?
Si hoy, como intuyo, comprar una botella de vino se parece más a comprar un perfume que un litro de leche, ¿es realmente importante el precio?
Otro día más….