Madrid
Viernes 28 de Diciembre de 2012
Así lo ha explicado el gerente de Miquel Pons, Pere Pons, que recuerda que la compañía factura más de un millón de euros gracias a la venta de unas 400.000 botellas -el 60 % de cava y el 40 % restante de vino-.
Esperan cerrar 2012 con un crecimiento del 5 % y, aunque el consumo nacional "flojea", compensan sus cifras con las salidas al exterior, ha resaltado el responsable de la cuarta generación de la firma familiar, que inició la venta de vinos embotellados en 1982, aunque la tradición familiar se remonta a hace 250 años.
En concreto, será a finales de enero o principios de febrero cuando pongan en el mercado las primeras partidas de "Unius" (único en latín), botellas de 50 y 70 centilitros y garrafas de 2 y 5 litros de aceites de oliva extra virgen, que comercializarán para restauración y tiendas "delicatessen" con su distribuidora propia.
"Apostamos por la máxima calidad", siguiendo "la filosofía del terroir" y de una empresa familiar que va pasando de padres a hijos, generación tras generación, con unos aceites que en una primera fase estarán adscritos a la Denominación de Origen Siurana y procederán de aceitunas de la variedad arbequina.
La firma, ubicada en el Penedés, en la provincia de Barcelona, entre Sant Sadurní d'Anoia -"capital del cava"- y Vilafranca del Penedés, "capital del vino", se ha marcado como objetivo facturar entre 150.000 y 300.000 euros durante el primer año con sus aceites.
Quieren que su producto tenga una vocación nacional, sobre todo, al tratarse de un mercado donde pueden utilizar su distribuidora propia para comercializarlo conjuntamente con vinos y cavas, lo que podría facilitar su incursión en el negocio oleícola marquista.
La familia, que ya gestiona 60 hectáreas de viñedos propios, cuenta con otras 6 de olivos, si bien sopesan realizar compras a olivareros de la zona si es necesario para atender la demanda.
En el pasado ya han realizado algunas exportaciones con marca de terceros, una venta de aceite "a demanda" de clientes que ya adquirían sus vinos y cavas, pero ahora será cuando se lancen de lleno a comercializar una enseña propia embotellada, "Unius".
Además, no descartan en el futuro poner en marcha una almazara -actualmente molturan en una cooperativa de la zona-.
"Hoy en día la comercialización y distribución de los vinos y de los aceites va muy en paralelo", explica Pons.
Respecto a sus actividades tradicionales en el sector vitivinícola, resalta que "somos una empresa pequeña. Podría decirse que nos situamos entre las grandes bodegas de entre las pequeñas".
"Siempre hemos estado más preocupados en comercializar nuestros productos que estar esperando las compras desde la bodega", explica.
Las ventas de Cavas y Vinos Miquel Pons dependen aún en un 80 ó 85 % del mercado nacional, aunque en los últimos ejercicios han fortalecido su apuesta por una mayor presencia exterior.
En los últimos tres o cuatro años han invertido mucho en la internacionalización del negocio y, desde hace dos ejercicios, aproximadamente, realizan acciones directas en EEUU -Nueva York, Dallas, Atlanta, Seattle y el Estado libre asociado de Puerto Rico-, mientras que en el mercado europeo "estamos bien introducidos".
"2012 ha sido el año de consolidación en el mercado exterior y, por ejemplo, hemos abierto Polonia, Austria o Puerto Rico".
Es el ejercicio en el que "empezamos a recoger lo sembrado" para pisar el acelerón de la exportación y más adelante -puntualiza- confían en obtener los crecimientos "exponenciales".
Respecto a su interés por el mercado asiático, apostilla que "es muy diferente al tradicional", al europeo o al americano por ejemplo, pero "las empresas debemos apostar por él" porque está creciendo mucho, especialmente en China, alega.
A nivel global, se muestra optimista sobre las posibilidades de ampliar los mercados para sus vinos y cavas, productos a los que pronto se sumarán los aceites de oliva: "Tenemos capacidad de crecimiento, de llegar a destinos donde aún no estamos, y hacerlo con marcas consolidadas y con valor añadido".