Dos nuevas cervezas artesanas en Barcelona donarán el 100% de sus beneficios a familias vulnerables de Sant Antoni

Este viernes, 19 de diciembre, se han presentado en Barcelona dos nuevas cervezas artesanas con un fin solidario. Se trata de Manso y Mistral, dos referencias creadas por la Fundació De Veí a Veí y Lambicus, con la colaboración de la cervecera St. Boi Brewery y el estudio de diseño Reskate Studio. El objetivo es recaudar fondos para la compra de alimentos destinados a familias en situación vulnerable del barrio de Sant Antoni.

La iniciativa busca transformar la cultura local en ayuda directa. El cien por cien de los beneficios obtenidos con la venta de estas cervezas se destinará a la adquisición de productos básicos para las personas atendidas por la fundación, que lleva más de diez años trabajando en el apoyo a hogares con dificultades económicas en Sant Antoni.

Manso y Mistral no solo toman su nombre de dos calles conocidas del barrio, sino que también representan dos estilos diferentes. Manso es una IPA con 6% de alcohol, aromática y equilibrada, pensada para quienes prefieren sabores intensos pero fáciles de beber. Por su parte, Mistral es una Blonde Ale suave y refrescante, apta tanto para quienes ya conocen la cerveza artesana como para quienes se acercan a ella por primera vez. Ambas opciones son aptas para personas celíacas.

Las etiquetas han sido diseñadas por Reskate Studio y reflejan el ambiente del barrio, combinando elementos tradicionales y actuales. El diseño recuerda a los murales urbanos y a imágenes populares que forman parte del día a día en Sant Antoni.

Las cervezas pueden adquirirse en la tienda Lambicus Shop, situada en la calle Rocafort número 9, así como en la sede de la Fundació De Veí a Veí, en Comte Borrell número 77. Además, estarán presentes en eventos locales y próximamente en otros puntos de venta colaboradores.

Este proyecto tiene antecedentes. En una edición anterior, la fundación y Lambicus lanzaron una primera cerveza solidaria producida junto a una cervecera belga. En aquella ocasión, la comunidad voluntaria participó activamente en todo el proceso, desde las pruebas de sabor hasta el diseño del etiquetado. La recaudación superó los 6.000 euros gracias a la venta de unos 5.000 litros, fondos que se destinaron íntegramente a proyectos sociales en el mismo barrio.

Con esta nueva propuesta, las entidades implicadas buscan seguir apoyando a las familias que lo necesitan mediante un producto elaborado localmente y vinculado al tejido social del barrio.