Miércoles 08 de Octubre de 2025
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La región francesa de Languedoc, situada en el sur del país, está viviendo un cambio en su imagen dentro del sector vitivinícola. Tradicionalmente conocida por producir grandes volúmenes de vino a precios bajos, la zona está ganando reconocimiento como origen de vinos de alta calidad. Este proceso se apoya en la diversidad de sus suelos, climas y variedades de uva, así como en la innovación de sus productores.
En el pueblo medieval de Lagrasse, cerca de Carcasona, Cyril Codina dirige una pequeña fábrica de vinagres que ofrece cerca de 50 productos diferentes. Sus vinagres y balsámicos incluyen sabores poco habituales, como hierbas locales, anchoas caramelizadas o pimienta nepalí. Codina afirma que, aunque su empresa es la más pequeña del país en tamaño, es la mayor en variedad. Esta diversidad también se refleja en los viñedos vecinos.
Edward Vellacott, director comercial de la bodega Bijou, explica que en menos de una hora se puede pasar de los viñedos frescos y elevados del Haute Vallée de l’Aude a las parcelas costeras del Coteaux de Béziers. Cada zona produce vinos con estilos muy diferentes. Según Vellacott, esta variedad es una fortaleza para Languedoc porque permite adaptarse a los cambios en las preferencias del consumidor y a las condiciones climáticas.
Gérard Bertrand, fundador del grupo vinícola que lleva su nombre, coincide en que la pluralidad define la identidad regional. Señala que Languedoc puede ofrecer tintos estructurados, rosados gastronómicos como Clos du Temple, espumosos como Aigle Royal de Limoux y blancos frescos y minerales. Para Bertrand, esta capacidad para producir vinos variados permite a la región situarse entre las más reconocidas internacionalmente.
La innovación también tiene un papel importante. Jean-Claude Mas, fundador de Domaines Paul Mas, menciona el desarrollo reciente del “rosorange”, una mezcla de vino rosado y naranja fermentados por separado. Este producto ha ayudado a dar visibilidad a la bodega desde que comenzaron a elaborarlo hace dos años. Nathalie Estribeau, responsable de exportación en Les Vignobles Foncalieu, señala que han plantado variedades no autóctonas como Albariño y trabajan con uvas resistentes como Souvignier Gris. Estribeau subraya que el sello Pays d’Oc IGP les da flexibilidad para experimentar con variedades internacionales, mientras que las denominaciones AOP mantienen el vínculo con la tradición.
Sin embargo, esta diversidad puede dificultar la comunicación con los consumidores. Laurent Graell, codirector de Domaine de la Dourbie, opina que es necesario transmitir un mensaje claro sobre lo que ofrece Languedoc. Recomienda no imitar modelos basados en una sola variedad emblemática y resalta la importancia de mostrar autenticidad y frescura mediterránea.
Algunas denominaciones dentro de Languedoc están logrando mayor visibilidad. Bonfils Domaines & Châteaux ha lanzado una gama dedicada a los terruños Terrasses du Larzac y Pic Saint-Loup AOP. Por su parte, Abbotts & Delaunay aplica una filosofía inspirada en Borgoña: combina vinos base bajo la AOP Languedoc con selecciones procedentes de viñedos concretos en Corbières y Limoux. Jeanne Delaunay, directora general desde 2023, explica que ven potencial para mejorar la reputación del AOC Languedoc frente a otras denominaciones más antiguas asociadas a vinos económicos.
En cuanto al público objetivo para estos vinos más elaborados, Jean-Claude Mas considera que los jóvenes entre 20 y 30 años muestran interés por descubrir nuevos productos sin dejarse influir por tendencias impuestas. Vellacott cree que los sumilleres pueden ser aliados clave para dar a conocer referencias menos conocidas como Vestige de Bijou. Graell añade que también hay coleccionistas dispuestos a buscar alternativas fuera de Burdeos o Borgoña si encuentran precios más accesibles.
Clémence Fabre, responsable de marketing y exportación en Famille Fabre, resume el enfoque actual con el lema “la diversidad aporta riqueza”. Explica que durante el ensamblaje final tras la crianza comprueban cómo la combinación de barricas diferentes resulta más interesante que cada barrica por separado.
Gérard Bertrand concluye señalando que Languedoc ya no es solo una región con potencial sino un territorio consolidado capaz de producir grandes ensamblajes tintos junto a otras bodegas pioneras como Mas de Daumas Gassac o La Grange des Pères. Los productores locales confían en que esta combinación entre diversidad e innovación permitirá seguir mejorando su posición entre las regiones vinícolas más reconocidas del mundo.
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