Rafael Prado consolida su trayectoria con Barolo, un referente de la cocina italo-mediterránea en México

El chef Rafael Prado ha construido una carrera en la gastronomía que comenzó de manera inesperada. Su primer contacto con una cocina profesional fue en Brasserie Lipp, donde empezó como ayudante y, gracias a su dedicación, llegó a ser chef de partie. Este primer paso marcó el inicio de un recorrido que lo llevó a conocer la alta cocina en Montés de Bravo. Allí, Rafael empezó a definir un estilo propio, influido por la cocina mediterránea y el respeto por los ingredientes. En ese entorno también conoció al chef Santiago Migoya, quien se convirtió en una figura clave para su desarrollo profesional y personal.

A lo largo de los años, Rafael trabajó en restaurantes como Aitana, Merotoro, Eloise, Candela Romero, Kemi y Mia Domenicca. En cada uno de estos lugares, fue sumando experiencia y consolidando su capacidad para liderar equipos y crear propuestas culinarias. En Mia Domenicca asumió primero el puesto de sous chef y después el liderazgo de la cocina. Durante su gestión, el restaurante fue incluido en la lista de los 120 mejores de México, lo que confirmó la calidad de su trabajo.

Posteriormente, Rafael se integró a Grupo Castizo, donde volvió a asumir responsabilidades al frente de la cocina. Esta etapa le permitió seguir desarrollando su visión y afianzar su presencia en el sector gastronómico nacional.

Barolo representa el momento más maduro de la carrera de Rafael Prado. En este restaurante participa como socio y responsable de la propuesta culinaria. Su cocina italo-mediterránea refleja años de aprendizaje y práctica. En Barolo todo se prepara desde cero: fondos, masas, panes y sopas se elaboran diariamente para asegurar frescura y sabor auténtico. Cada plato busca resaltar los ingredientes y transmitir una historia sencilla pero honesta.

Rafael se considera un cocinero dedicado por completo a su oficio. Es meticuloso en su trabajo diario y da importancia a la formación de nuevos profesionales dentro de sus equipos. Por esta razón ha sido invitado a formar parte del Vatel Club México, una asociación que reúne a chefs reconocidos por su compromiso con la excelencia culinaria y el intercambio técnico.

Barolo es hoy un reflejo del recorrido profesional de Rafael Prado. El restaurante apuesta por una cocina italiana basada en la paciencia y el respeto al producto. Las pastas frescas se preparan cada día y el servicio busca cuidar cada detalle. Para Rafael, Barolo es más que un restaurante; es un proyecto pensado para perdurar y seguir creciendo junto con su equipo.

Barolo sigue siendo un punto de referencia para quienes buscan conocer una propuesta italo-mediterránea honesta en México. Rafael Prado continúa al frente del proyecto con la misma energía que lo llevó a iniciar este camino hace años.