El sector agroalimentario español afronta riesgos por la política arancelaria de Estados Unidos y la caída de exportaciones

El Gobierno impulsa un plan de 14.100 millones para apoyar a las empresas mientras crece la presión sobre productos clave como el aceite de oliva

Martes 03 de Junio de 2025

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El sector agroalimentario español afronta riesgos por la política arancelaria de Estados Unidos y la caída de exportaciones

La industria agroalimentaria española podría atravesar un periodo complicado en 2025 si no se adoptan medidas de diagnóstico y anticipación. Así lo indica un análisis realizado por Abencys Reestructuraciones, un despacho de abogados y economistas especializado en reestructuraciones e insolvencias. El sector agroalimentario representa uno de los pilares de las exportaciones españolas, con un valor de 74.231 millones de euros en 2024 y un crecimiento interanual del 5,9%. Sin embargo, la industria se encuentra ante varios problemas que podrían afectar su desarrollo el próximo año.

El endurecimiento de la política arancelaria de Estados Unidos figura entre los principales factores que generan preocupación. Aunque los aranceles no son el único elemento que presiona al sector, sí suponen una amenaza para productos clave. La aceituna negra española es el producto más afectado, ya que soporta un arancel del 31% desde 2018. Otros productos como el aceite de oliva y el vino no están sujetos actualmente a nuevos aranceles, pero han sido objeto de amenazas en el marco de las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea.

Esta situación ha provocado una caída en las exportaciones de algunos productos. Según datos del sector, las ventas al exterior de aceite de oliva, que dependen en gran medida del mercado estadounidense, habrían descendido un 30% durante el primer trimestre de 2025. El impacto no se limita a este producto ni a una sola región. Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana concentran buena parte de la agroindustria nacional y han comenzado a notar los efectos del nuevo escenario internacional. Andalucía, responsable de más del 70% de la producción nacional de aceite de oliva, es la comunidad más expuesta a estos cambios.

Luis Martín Bernardo, abogado y economista socio fundador de Abencys, advierte que si no se alcanza un acuerdo antes del 9 de julio —fecha límite tras la prórroga negociada entre Estados Unidos y la Unión Europea— muchas empresas exportadoras podrían verse obligadas a activar planes de reestructuración. Ante esta situación, el Gobierno español ha puesto en marcha el Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, dotado con 14.100 millones de euros. Este plan prevé movilizar 7.400 millones en nuevos recursos financieros y aprovechar otros 6.700 millones mediante instrumentos ya existentes.

El plan incluye ayudas directas, préstamos, avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO), sistemas para proteger el empleo e incentivos para los sectores afectados. El objetivo es reforzar la competitividad empresarial y reorientar las exportaciones hacia nuevos mercados estratégicos. Además, contempla la creación de un fondo europeo específico y la ratificación prioritaria del acuerdo con MERCOSUR.

Las empresas con mayor grado de internacionalización o fuerte exposición al comercio transatlántico deben prestar especial atención a este escenario. Según Martín Bernardo, no basta con mejorar la productividad; también resulta necesario diseñar planes para afrontar posibles restricciones adicionales en el entorno comercial.

El despacho Abencys señala que el riesgo no afecta solo a las empresas directamente perjudicadas por las nuevas barreras comerciales. También incluye a aquellas compañías que no supieron anticiparse a cambios anteriores y que ahora arrastran una situación económica debilitada. En estos casos, la falta de ajustes estructurales ha derivado en procesos más complejos donde la urgencia limita las opciones para recuperarse. En varias ocasiones, fondos han adquirido deuda y al ejecutarse las garantías han pasado a controlar activos estratégicos o incluso la propiedad total de algunas empresas.

A pesar del momento complicado para el sector agroalimentario, organismos internacionales mantienen previsiones positivas para España en su conjunto. El Fondo Monetario Internacional sitúa al país entre los que tienen mayor potencial de crecimiento en 2025 junto con Rusia. En abril elevó su previsión para el PIB español al 2,5%, subrayando su capacidad para adaptarse ante la guerra comercial y su limitada exposición directa al mercado estadounidense. Posteriormente, la Comisión Europea revisó esta cifra al alza hasta el 2,6%.

No obstante, desde Abencys insisten en que este crecimiento solo será posible si las empresas actúan con antelación mediante diagnósticos preventivos y reestructuraciones planificadas. La incertidumbre actual exige preparación previa y soluciones activas antes de que los problemas sean irreversibles.

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