120 millones de euros para salvar al vino francés

Francia destina 120 millones de euros a arrancar viñedos y reducir la sobreproducción

Jueves 19 de Septiembre de 2024

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Francia ha informado a la Comisión Europea de su plan para destinar 120 millones de euros en ayudas para el arranque definitivo de viñas, con el fin de combatir la crisis que afecta a su sector vitivinícola en ciertas regiones. Este plan contempla la concesión de hasta 4.000 euros por hectárea arrancada. El objetivo principal es reducir la sobreproducción de vino, especialmente el vino tinto de calidad media y baja, que no ha encontrado una salida comercial debido a la caída del consumo interno y las dificultades de exportación.

El Ministerio de Agricultura, encargado de notificar la propuesta, señaló que los viticultores que participen en el programa deberán comprometerse a no volver a plantar viñas en las superficies arrancadas ni solicitar nuevas autorizaciones de plantación en un plazo de seis años, desde 2024 hasta 2029. Esta condición está diseñada para garantizar que las hectáreas eliminadas no se sustituyan de manera inmediata, lo que contribuiría a equilibrar la oferta con la demanda.

Este plan forma parte de una respuesta estructural a las dificultades económicas que atraviesa el sector vitivinícola en Francia, exacerbadas por factores como la guerra en Ucrania, la caída del consumo de vino en el país y las dificultades para exportar a mercados clave como Estados Unidos y China. A largo plazo, se espera que estas medidas ayuden a ajustar los volúmenes de producción en función de la evolución del mercado.

El proyecto podría incluir el arranque de hasta 100.000 hectáreas de viñedos, según estimaciones de algunos expertos del sector, aunque el presupuesto inicial de 120 millones de euros cubriría el arranque de al menos 30.000 hectáreas. Estos fondos se sumarían a los 80 millones de euros que ya se destinaron en febrero como ayuda coyuntural a las regiones vinícolas del suroeste y sureste de Francia, además del sur del valle del Ródano. Las zonas más afectadas son aquellas que producen principalmente vinos de baja o media calidad, como es el caso de Burdeos, donde ya se aprobó un plan de arranque "sanitario" de 8.000 hectáreas.

Este plan, que busca ser una solución duradera para las dificultades estructurales del sector, aún debe ser aprobado por la Comisión Europea antes de que FranceAgriMer, el organismo responsable de la política agrícola, pueda comenzar a distribuir los fondos a los viticultores. El arranque de viñas se ve como una medida necesaria para mantener la sostenibilidad de las explotaciones vitivinícolas que, de otra manera, podrían no sobrevivir ante la caída de la demanda y los altos costos de producción.

Francia, el mayor productor mundial de vino con 48 millones de hectolitros en 2023, esta sufriendo este año 2024 un desajuste entre la oferta y la demanda que ha afectado gravemente a varias zonas productoras. Esta situación ha generado una acumulación de dificultades, agravadas por la inflación y la crisis sanitaria del COVID-19, que redujo considerablemente las ventas tanto dentro como fuera del país. La aprobación de este plan permitiría a los viticultores que sufren problemas financieros optar por el arranque de sus viñas como una salida a sus dificultades económicas.

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