La revolución berciana

El CRDO Bierzo hace balance del primer año de implantación del nuevo reglamento de zonificación y de clasificación de los vinos en unidades geográficas menores que está permitiendo una mayor apuesta por la calidad, la diversificación y el incremento en el reconocimiento de marca

Carmen Fernández

Miércoles 23 de Diciembre de 2020

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Poda de la vid en la DO Bierzo 

Calidad, diferenciación y, sobre todo, una apuesta clara por el territorio. Bajo estos tres ejes se ha movido el trabajo del Consejo Regulador de la D.O Bierzo en el último lustro. De la mano de su presidenta, Misericordia Bello, los vinos del Bierzo han dado en este tiempo un enorme paso adelante, no solo en calidad, puesto que ya se hacían interesantísimos vinos en esta denominación de origen, si no, sobre todo, en proyección nacional e internacional, en imagen y, lo que es más importante, en posicionamiento en el mercado.

La clave, a decir de su presidenta, siempre ha estado ahí: el terruño.  Por encima de variedades, de bodegas o de marcas, el terreno permanece. Y así lo han querido reflejar en el nuevo reglamento aprobado este año. La aprobación de la zonificación por unidades geográficas de procedencia (villa, paraje, viña clasificada y gran viña clasificada) ha supuesto un antes y un después en la evolución de estos vinos. La D.O Bierzo has sido la primera denominación de origen castellanoleonesa en adoptar la legislación europea para poder no solo clasificar sus vinos si no certificar su calidad de forma internacional, lo que la sitúa en una posición de ventaja respecto a otros territorios para la exportación de sus vinos y para su reconocimiento tanto por parte de la crítica como del consumidor en los mercados extranjeros.

Sede del Consejo Regulador de la D.O. Bierzo

El cambio de pliego y la aplicación de la nueva normativa llevado a cabo por el CRDO ha supuesto una auténtica revolución para este territorio. Una revolución en la que el Consejo Regulador ha actuado como un verdadero motor de cambio, transformándose él mismo en una entidad moderna y adaptada a los nuevos tiempos, y fomentando el cambio y la adaptación en las bodegas bercianas, entre las que se está impulsando con gran éxito la nueva clasificación de los vinos en unidades geográficas menores que está permitiendo una mayor apuesta por la calidad, la diversificación y el incremento en el reconocimiento de marca e identidad propia, tanto en el mercado nacional como en el extranjero.

Recuperación del territorio

Pero, además, la revolución en la D.O Bierzo está trayendo también consecuencias muy positivas para el conjunto del territorio, ya que el Consejo Regulador también ha impulsado la recuperación de territorios vitivinícolas que habían sido abandonados, en muchos casos a favor de otras industrias como la minería, y que ahora se quieren recuperar, fomentando la fijación de población en territorios rurales y favoreciendo modelos productivos sostenibles como la producción vitivinícola.

Este esfuerzo cosechó en esta vendimia de 2020 sus primeros frutos, al ser el primer año en que tres de los 10 nuevos municipios incorporados a la Denominación de Origen ya producen uva acogida al sello de calidad, en concreto Sobrado, Torre del Bierzo y Toreno. Pero, además, será un año recordado por ser también el primero en que se inició la elaboración de claretes y vinos de las variedades Estaladiña y Merenzao bajo el sello de calidad de la Denominación de Origen Bierzo. Y es que precisamente la recuperación de estas variedades autóctonas, casi desaparecidas, también es uno de los objetivos que se ha fijado el CRDO para incrementar la diversificación de sus vinos y, sobre todo, su diferenciación, impulsando la elaboración de variedades que permitan imprimir todo el carácter que diferencia y hace únicos los vinos de la denominación de origen del Bierzo.

Comunicación directa al consumidor

Otro de los grandes hitos de este año para la D.O Bierzo ha sido el giro estratégico que el Consejo Regulador ha decidido imprimir a su estrategia de promoción, enfocándola más hacia el consumidor final a través de acciones formativas, seminarios o catas, muchas de ellas virtuales. La pandemia, las restricciones de la movilidad y los cierres de la hostelería han sido determinantes en este cambio de criterio.

Modernas instalaciones de una bodega de la DO

"La venta de vino online se ha desvelado como una salida eficaz para superar la actual situación. La crisis nos ofrece la oportunidad de actualizar las técnicas de marketing para seguir avanzando. El Consejo Regulador va a centrar su esfuerzo en la promoción de los vinos de la Denominación de Origen por canales digitales. No podemos pararnos", ha declarado Misericordia Bello, presidenta de la entidad reguladora.

Un completo proceso en el que ha sido fundamental el desarrollo de la nueva imagen de marca que ha lucido el CRDO Bierzo en este 2020 casi a punto de cumplir. "Vendemos marca, imagen y por ello hemos apostado por una imagen más moderna y atractiva, que estuviera presente en todas las acciones que hemos llevado a cabo, para ir consolidando nuestra presencia de marca en el imaginario del consumidor", explica la presidenta del CRDO, que destaca la gran acogida que han tenido también entre prescriptores tan destacados como Ferrán Centelles, que destacó la "explosión de reputación y calidad" que habían experimentado los vinos del Bierzo.

Todas estas apuestas y los cambios operados en este territorio permiten que esta Denominación de Origen sea cada vez más reconocida y valorada, sin perder su esencia ni su calidad, antes al contrario, "tenemos la mayor concentración de cepas viejas del mundo", destacaba la presidenta de la CRDO, un tesoro que no solo hay que conservar si no recuperar y poner en valor para asegurar su pervivencia. Ahora más que nunca, el futuro de los vinos del Bierzo vuelve a estar en su tierra.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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