Qué es un vino complejo y en qué se diferencia del resto

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Jueves 24 de Septiembre de 2020

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En el mudo del vino escuchamos numerosas expresiones y, si somos iniciamos, podemos llegar a perdernos entre tanto concepto. Para los más sabidos, ya conoceréis la expresión vino complejo, hemos realizado un artículo en gran detalle en nuestro blog. 

Vamos a enumerar aquí las características básicas que hacen que un vino sea complejo:

1. Un vino complejo ha de tener matices a la hora de catarlo, sobre todo en nariz. Los aromas complejos contemplan matices de diferentes elementos, como la fruta, las flores, la madera, los tostados, las especias, etc. "La magia" de un vino complejo en la cata es descubrir un aroma diferente cada vez que introducimos la nariz en la copa. Ésa es la definición de vino complejo por naturaleza.

 

2. Normalmente, aunque no siempre tiene por qué ser así, la complejidad de un vino le vine dada por el tiempo de crianza. La madera va a hacer que el vino tome ésos matices complejos, tanto en sabor como en aroma que lo va a hacer especial. ¿Puede haber vinos complejos sin crianza? Definitivamente es más difícil, aunque no hay nada imposible en el mundo del vino. 

3. Un vino complejo se define por ser redondo o amplio en boca. Esto significa que cuando damos un sorbo a nuestra copa, el líquido va a hacer que se activen todas las papilas gustativas del interior de nuestra boca y por supuesto vamos a sentir los matices del sabor del vino en cada parte de forma diferente. Meter un sorbo de un vino complejo en la boca es una experiencia. 

4. Un vino complejo es siempre sorprendente. Es de esos vinos de los que uno espera algo y de pronto se le da todo la vuelta en la cabeza. Esta sensación es brutal, sobre todo a la hora de catar un vino, porque es lo que marca la diferencia entre un vino que pasa desapercibido o uno de esos vinos imprescindibles. 

En Bodegas Tierras de Orgaz elaboramos dos vinos complejos por sus matices en nariz y boca, ambos con crianza. Seguro que ya habrás leído sobre ellos: son Bucamel blanco y tinto. Bucamel blanco sorprende por ser un vino blanco con aromas tostados y ahumados. Bucamel tinto nos deja clavados a la silla por su sorbo especiado, de pimienta, redondo y amplio.

Si no has probado nunca un vino complejo (si estás leyendo esto dudo que sea así) te recomendamos nuestra línea de Bucamel, ya que define perfectamente la complejidad del vino. 

Un artículo de Bodegas Tierra de Orgaz
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