Las 5 amenazas a las que se enfrenta el sector del vino en el mercado mundial

Mucho se ha hablado en los últimos meses de cómo puede afectar al sector vitivinícola la crisis generada por la...

Jueves 30 de Julio de 2020

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Mucho se ha hablado en los últimos meses de cómo puede afectar al sector vitivinícola la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, los efectos del coronavirus, cuyas consecuencias económicas pueden ser nefastas, no es la única amenaza que afecta al sector, sino que hay que sumar otros problemas comerciales que, con distinta intensidad, están perjudicando al vino y a otros productos.

El Observatorio del Vino Español, OEMV, ha publicado un informe de estas amenazas que se resumen en cinco puntos clave:

1. El Brexit

El Brexit, cuyos peores efectos, por depreciación de la libra, tuvieron lugar después del referéndum y cuyo efecto sobre el comercio de vino, especialmente europeo, dependerá de cómo acaben las negociaciones comerciales a finales de este año. Si hay un acuerdo comercial, no habrá grandes problemas, aunque se incremente la competencia con vinos procedentes de otros orígenes. Si no hubiera un acuerdo comercial, que facilitara las transacciones, la administración y la logística, además del reconocimiento de las técnicas de elaboración y detalles de etiquetado, podría ser algo más perjudicial; pero siempre algo a lo que las empresas pueden adaptarse.

2. Los aranceles Trump

Los aranceles en Estados Unidos impuestos por la Administración Trump son especialmente preocupantes para los vinos tranquilos (no espumosos y no generosos). Están sufriendo ya en las exportaciones de noviembre y diciembre, pese a que el cierre del conjunto del año 2019 no fue malo. Y sufren más los franceses que los españoles. Pero el hecho de que se impongan a unos países (Francia, Alemania, Reino Unido y España) y no a otros (Italia, Portugal y otros) es especialmente dañino y puede afectar a nuestras exportaciones en un gran mercado tan importante para nosotros como es el norteamericano. Los siete primeros meses desde la entrada en vigor de la subida de aranceles (de noviembre de 2019 a mayo de 2020) muestran un importante descenso de las importaciones estadounidenses de vino embotellado, particularmente en valor (las compras caen en más de 320 millones de dólares), con Francia, proveedor de alto precio pese a que baja bastante, como el más afectado al perder 290 millones. Alemania también registra importantes pérdidas, mientras que el vino embotellado español cae de forma más suave. Italia se ha beneficiado y ha logrado aumentar a buen ritmo su facturación, aunque pierde volumen.

3. Ralentización China

China ya venía ralentizando sus importaciones en los dos últimos años. El coronavirus, que parece estar remitiendo en ese país, ha tenido ya consecuencias económicas terribles. Se ha perdido parte importante del consumo en hostelería, en especial durante la celebración del año nuevo chino. Y una parte muy importante de estas ventas no se recuperarán durante la segunda parte del año.

4. Ralentización de Japón

El anuncio de una potencial ralentización en el mercado japonés, que es de los que mejor han ido en 2019.

5. Nueva ley del vino en Rusia

Una nueva ley del vino en Rusia, efectiva a partir del mes de junio del 2020 y que podría afectar negativamente a las ventas de vinos a granel mundiales y especialmente españoles, que son los más importados en dicho mercado. Los cinco meses previos a la entrada en vigor de la ley (de enero a mayo de 2020) muestran ya un descenso del 45% en el volumen de vino a granel importado en Rusia, con España como principal perjudicado (-60%) sobre todo por el desplome sufrido en mayo, peor mes natural para el granel español en Rusia desde marzo de 2015.

Cuánto puede sumar el efecto combinado de todos estos factores en el comercio mundial de vino en 2020 es algo que no puede saberse, pero sí sabemos que está afectando a las ventas, a los pedidos y a la logística, con menor transporte entre países. Y todavía tenemos que ver cuál puede ser la expansión de estos efectos en otros mercados como el norteamericano. Por cierto, todo dependerá en gran medida de la duración de la crisis y las posibilidades de tener un segundo semestre notablemente mejor. Hay efectos que no podrán recuperarse, pero quizás todo el problema se vea en noviembre y diciembre con otros ojos.

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