El consumo global de vino cae un 5 y pierde cinco millones de consumidores habituales en los principales mercados

Miércoles 12 de Noviembre de 2025

La generación Z prefiere otras bebidas y el sector no prevé recuperar niveles previos a la pandemia hasta 2026

El sector del vino atraviesa un momento complicado en los principales mercados internacionales. Los datos de ventas y consumo muestran una tendencia a la baja que va más allá de las fluctuaciones económicas habituales. En 2024, los precios de los vinos de alta gama cayeron un 11% en las regiones más importantes. El mercado general del vino registró una reducción del 5% en volumen, siendo el segmento con mayor descenso dentro de las bebidas alcohólicas.

Entre 2021 y 2024, el número de consumidores habituales de vino disminuyó en cinco millones en los mercados clave, a pesar de que la población adulta aumentó. En Estados Unidos, por ejemplo, la población creció en 9,5 millones desde 2022, pero el número de personas que consumen vino al menos una vez al mes solo subió en medio millón.

Algunos expertos atribuyen esta situación a factores económicos, como el aumento de los precios y la pérdida de poder adquisitivo. Sin embargo, los cambios culturales parecen tener un peso mayor. La generación Z está volviendo a consumir alcohol tras años de descenso, pero prefiere otras opciones como licores, hard seltzers y cócteles listos para beber. Cuando optan por el vino, suelen elegir variedades dulces o espumosas. Además, un 65% de estos jóvenes planea reducir su consumo de alcohol durante este año y un 58% lo hace por motivos relacionados con la salud mental.

El auge del vino natural es real y ha impulsado la apertura de nuevos locales y el crecimiento del vino ecológico a tasas anuales del 10-12%. Sin embargo, este segmento representa solo el 2% de la producción en Francia y no compensa la caída general del sector. Las ventas en bares y restaurantes siguen por debajo de los niveles previos a la pandemia y los analistas no prevén una recuperación completa del inventario hasta al menos 2026.

La cuestión principal es cómo atraer a nuevos consumidores. Tradicionalmente, el interés por el vino se desarrollaba con el tiempo: se empezaba con botellas asequibles en la juventud y se avanzaba hacia productos más complejos a medida que aumentaban los conocimientos y los ingresos. Si las nuevas generaciones no inician ese recorrido, se rompe la cadena que alimenta el mercado futuro.

Los datos procedentes de supermercados y grandes superficies muestran una realidad diferente a la que se observa en ferias especializadas o tiendas orientadas a aficionados. El grueso del consumo depende cada vez más de personas mayores, mientras que los consumidores experimentados mantienen su fidelidad pero compran menos cantidad y gastan menos dinero que los jóvenes.

En Estados Unidos, la proporción de adultos mayores de 21 años que consume alcohol ha bajado al 58%, el nivel más bajo desde 1996. Las previsiones apuntan a que el volumen total de vino seguirá disminuyendo en la mayoría de los mercados principales al menos hasta 2028.

El mercado del vino está perdiendo tamaño y envejeciendo. La consolidación actual no responde solo a ajustes económicos sino también a cambios demográficos y culturales profundos. Si el crecimiento depende únicamente de un grupo cada vez menor de consumidores fieles, el sector se convierte en un nicho especializado con dificultades para mantener su relevancia frente a otras bebidas.

Tendencias