Jocelyn Dominguez
Jueves 11 de Septiembre de 2025
La cocina de Medio Oriente es una de las más antiguas del planeta. Nació en la llamada cuna de la civilización, en un territorio atravesado por rutas comerciales donde se cruzaban especias, granos y técnicas que luego se expandieron por el mundo. De allí salieron platos que hoy son universales —el hummus, el falafel, el tabbouleh o el babaganoush— y que siempre tuvieron un denominador común: el espíritu de hospitalidad, porque en estas culturas la mesa es un espacio de encuentro y compartir.
Ese legado ancestral se resignifica hoy en Let it V, el restaurante de Palermo que desde 2020 se convirtió en pionero al ser 100% vegano y libre de gluten. Con su nueva propuesta, Middle East Season, el local rinde homenaje a los sabores de Medio Oriente bajo una mirada contemporánea, inclusiva y creativa, confirmando que comer sin restricciones no significa resignar sabor ni disfrute.
La historia de Let it V está ligada a la vida de Uri Hendler, cocinero y sushiman formado en la escuela Mausi Sebess. De chico, Uri seguía una alimentación kosher, lo que le imponía restricciones que hacían difícil salir a comer afuera. Con los viajes y la experiencia acumulada en diferentes cocinas, nació la idea de crear un concepto distinto, pensado para que nadie quedara afuera: veganos, celíacos, intolerantes a la lactosa o quienes simplemente buscan una alternativa saludable y rica.
Así, en 2020 abrió Let it V —Mother Nature’s Food—, con un local de 35 cubiertos en pleno Palermo, de estética cuidada y un deck en la vereda. Inspirados en propuestas como Beyond Sushi, en Nueva York, Uri y sus socios se propusieron llevar la comida inclusiva a un nivel superior, donde lo primordial fuera el sabor y la calidad de la materia prima.
Si Uri es la raíz del proyecto, Mara es su motor creativo. La chef está detrás de cada detalle de la cocina, con una impronta marcada por la frescura, la dedicación y un compromiso absoluto con el producto. Todo en Let it V se elabora en el día, con ingredientes orgánicos y un cuidado minucioso que convierte cada plato en algo más que una receta: una experiencia.
La degustación de mezze fue la mejor carta de presentación. Sobre la mesa, un despliegue de texturas, colores y aromas: hummus en tres versiones (clásico, picante y con hongos), babaganoush con su inconfundible perfume ahumado, falafel dorado y crujiente, y un pan de garbanzo ligero, pensado para untar sin culpa.
Cada bocado era distinto: cremoso, especiado, aterciopelado o crocante. Pero todos coincidían en algo: evocaban esa tradición de hospitalidad del Medio Oriente, donde compartir es más importante que comer solo.
Entre los platos principales, el que más sorprendió fue el chaufa de Medio Oriente. Inspirado en la versión peruana, aquí se reinterpreta con especias árabes y vegetales frescos. El resultado es un plato vibrante, lleno de aromas y con un sabor que evoluciona en cada bocado. Reconfortante pero exótico, familiar pero novedoso, el chaufa resume a la perfección la filosofía de Let it V: crear fusiones que trascienden fronteras sin perder identidad.
El cierre no podía estar en mejores manos que en la pastelería de la casa. La lava cake con corazón de dulce de leche de almendras y frutos rojos fue la elegida: húmeda, intensa, equilibrada y absolutamente memorable. Un postre que borra cualquier prejuicio sobre la repostería vegana y que confirma que la indulgencia también puede ser inclusiva.
Let it V es un concepto, un espacio donde las restricciones alimentarias dejan de ser un obstáculo para convertirse en una oportunidad. Desde los desayunos —con crêpe de garbanzo y tofu revuelto— hasta las tardes de pastelería con carrot cake especiada, brownie intenso o mousse de café, siempre hay una propuesta lista para sorprender.
El salón, cálido y estético, y la vereda con deck terminan de cerrar una experiencia que invita a quedarse, charlar y disfrutar. Con su Middle East Season, Let it V nos recuerda que la cocina no tiene por qué tener fronteras: puede ser inclusiva, creativa y profundamente sabrosa.