La IGP Vino de la Tierra Ibiza y la Bodega Ibizkus, una joya vitivinícola en la isla del ocio más célebre

Las condiciones naturales de Ibiza producen vinos con una alta concentración, un sello distintivo de los vinos de la isla

Escrito porMaurizio Limiti

Miércoles 25 de Septiembre de 2024

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La viticultura en Ibiza tiene una historia que se remonta al siglo VII a.C., cuando los fenicios comenzaron a cultivar uva y producir vino en la isla. Restos arqueológicos, como vasos y ánforas, atestiguan el uso del vino durante esa época. En el periodo púnico, los habitantes de Ibiza ya eran reconocidos por sus habilidades vitivinícolas, llegando incluso a introducir la viticultura en zonas cercanas de la península ibérica.

Con la llegada de los romanos, la producción vitivinícola en la isla mejoró considerablemente gracias a las nuevas técnicas de cultivo y vinificación que introdujeron. Este legado perduró durante siglos, alcanzando su punto álgido en el siglo XVIII.

El siglo XIX fue el de mayor esplendor para el cultivo de la vid en Ibiza. En 1862, una plaga de filoxera afectó gravemente a los viñedos de Francia, uno de los mayores productores y consumidores de vino de la época. Esto forzó a los franceses a importar grandes cantidades de vino de Ibiza para cubrir su demanda, lo que impulsó enormemente la actividad vitivinícola en la isla. Según el Archiduque Lluís Salvador del Gran Ducado de Toscana, gran conocedor de las Islas Baleares y autor de la obra maestra Die Balearen in Wort und Bild, que recoge una extensa sección sobre las vides autóctonas y la elaboración del vino en Mallorca, Menorca e Ibiza, a finales de los años 60, Ibiza contaba con más de 45 hectáreas de viñedos y una producción de 200 hectolitros de vino.

Sin embargo, a finales del siglo XIX, la filoxera también llegó a Ibiza, afectando gravemente sus viñedos. Esta situación debilitó considerablemente la producción vitivinícola local. A día de hoy, según datos de 2023 del Govern de les Illes Balears, la producción se limita a solo cinco bodegas, con 64 hectáreas de viñedos y una producción anual de 1.300 hectolitros.

A pesar de la reducción en la cantidad de viñedos y la producción, los vinos de Ibiza siguen siendo muy valorados. La Guía Peñín, una de las más prestigiosas de España, ha clasificado varios vinos con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) "Ibiza" como "muy buenos", destacando sus matices en la vinificación y envejecimiento.

Las condiciones naturales de Ibiza, como la baja disponibilidad de agua y los suelos arcillosos, arenosos y calcáreos, ricos en carbonatos, producen vinos con una alta concentración, un sello distintivo de los vinos de la isla.

Según las estadísticas publicadas por la Direcció General de Qualitat Agroalimentària i Producte Local del Govern de les Illes Balears, la producción vinícola de la isla ha crecido entre 2010 y 2023. El número de viticultores, aunque pequeños y de conducción familiar, se ha más que cuadruplicado, y la superficie total de viñedos ha incrementado en más del 50%, especialmente en lo que respecta a las uvas blancas.

A pesar de este crecimiento de los viñedos, en el mismo período 2010-2023, la producción total ha disminuido casi un 20%. Como muestra del enfoque en la calidad y la búsqueda del máximo potencial de la uva, los datos de 2023 indican que Ibiza ha producido un 35% menos en comparación con la IGP "Vinos de la Tierra de Menorca", a pesar de contar con solo un 25% menos de superficie vitícola.

Sin duda, las condiciones naturales de Ibiza, especialmente en los años de escasa disponibilidad de agua, provocan que las viñas tengan una baja producción y que los granos de uva sean de tamaño relativamente modesto. En este contexto, la alta proporción entre la superficie y el volumen de los granos, sumada a la presencia de suelos arcillosos ricos en carbonatos, contribuye a moderar el grado alcohólico de los vinos y a potenciar sus cualidades organolépticas, resultando en vinos con una capa alta, lo que los caracteriza y diferencia.

Las variedades de uva empleadas en la elaboración del vino con IGP Ibiza provienen exclusivamente de las siguientes cepas de la especie Vitis vinifera:

  • Tintas: Monastrell, Tempranillo, Cabernet sauvignon, Merlot i Syrah.
  • Blancas: Malvasía, Moscatel de grano menudo y de Alejandría, Macabeo, Parellada y Chardonnay.

Según las mismas estadísticas, la producción de la IGP Ibiza se consume en casi un 90% en las Baleares, y el 10% restante se exporta casi en su totalidad al extranjero. De hecho, en 2023 solo un 1% se consumió en la península, frente al 19% registrado en 2010. Entre los países importadores destacan Suiza con un 55%, Reino Unido con un 18%, y Bélgica y Alemania con algo menos del 10% cada uno. Esta tendencia refleja el creciente interés por el vino de Ibiza entre los turistas extranjeros, mientras que, por otro lado, se observa una pérdida de atractivo del sector vinícola de la isla para los españoles.

Una de las bodegas más destacadas de Ibiza es Ibizkus, fundada en 2007. Ibizkus se caracteriza por su enfoque en la producción de vinos modernos y únicos, con una gama que incluye vinos blancos, rosados y tintos. Esta bodega ha logrado posicionarse como uno de los principales productores y exportadores de las Islas Baleares, con una capacidad de producción que sigue en aumento. Pedro Ballesteros Torres, Master of Wine, en su libro "Comprender el vino", resalta el potencial muy prometedor de los vinos elaborados con cepas viejas de Monastrell de la bodega Ibizkus.

La bodega no tiene viñedos en propiedad, pero sí controla más de 32 hectáreas de viñedos viejos, el 85% de las cuales se cultiva en vaso. Las parcelas están localizadas principalmente al oeste de la isla, en suelos arcillosos de tipo pardo rojizo a poca altitud situados en pueblos de tradición vitívinícola y agrícola secular, como Sant Josep y Sant Mateu.

Su enólogo, David Lorenzo, ha trabajado en diversas regiones vinícolas de España, en Rías Baixas, Bierzo y Priorat, antes de establecerse finalmente a Ibiza a lado de Laurent Fresard, para aportar una gran experiencia en la elaboración de vinos sofisticados y equilibrados. La bodega se centra en preservar la identidad local de las uvas Monastrell y Malvasía, que representan más del 90% de su producción.

Todos los vinos de Ibizkus se elaboran a partir de uvas cultivadas ecológicamente, sin riego, que se cosechan a mano y se fermentan con levaduras naturales, utilizando una cantidad mínima de sulfitos, solo la necesaria para garantizar la estabilidad del vino.

Poseen tres gamas de vinos, todos ellos creados a partir de materia prima ibicenca: Ibizkus, de blancos, rosados y tintos, la más popular; Can Bassó, un rosado, un tinto y un blanco elaborados a partir de viñedos más jóvenes y Totem, la gama más alta que lleva años conseguido puntuaciones de prestigio en la Guía Peñin.

Entre los vinos Totem destacan:

  • rosado 2021 "Las Canteras" (1.206 botellas): monovarietal de Monastrell pie franco de viñedos de 70 años en la zona de Sant Josep, al oeste de la isla, en viejas canteras abandonadas. Se trata de un viñedo de 0,8 hectáreas con un rendimiento de 20 hl/ha y con un suelo francos arenosos profundos sobre marés. La vinificación prevé vendimia manual en cajas de 12 kilos, selección en el campo y almacenado en cámara a 2 °C durante 24 horas hasta su prensado directo. Desfangado durante 24 horas e inoculado con pie de cuba indígena (levaduras autóctonas). Fermentación y crianza en roble francés de 700 litros de varios usos y un huevo cerámico sin control de temperatura. Seis meses de crianza sobre lías con batonage periódico hasta ensamblaje. Color rosa tenue, limpio y brillante. De Intensidad aromática media/alta con notas florales de pétalos de rosa junto a frutas rojas como fresa y frambuesa. Al paladar es fresco, con buena acidez y sabores frutales, florales y ahumados provenientes de su estancia en barrica, en perfecto equilibrio con los aromas característicos de fresas y pétalos de rosa.
  • rosado 2021 "La Veta" (1.774 botellas y 63 magnums): monovarietal de Monastrell de viñedos de 42 años en Sant Llorenç, en el borde del viejo torrente seco de Sant Llorenç. Se trata de un viñedo de 0,8 hectáreas con un rendimiento de 40 hl/ha y con un suelo de arcillas con incrustaciones calcáreas. La vinificación prevé vendimia manual en cajas de 12 kilos, selección en el campo y almacenaje en cámara a 2°C durante 24 horas hasta su prensado directo. Desfangado durante 24 horas e inoculado con pie de cuba indígena (levaduras autóctonas). Fermentación y crianza en roble francés de 700 litros y un huevo cerámico, sin control de temperatura. Seis meses de crianza sobre lías con batonage periódico hasta ensamblaje. A pesar de ser un rosado se parece más a un blanc de noir con un color amarillo pálido con reflejos verdosos. En nariz tiene notas de pan tostado y aromas de fruta de carozo blanca. Al paladar es voluminoso, redondo y muy largo.

  • tinto 2021 "La Cala" (1.576 botellas y 24 magnums): monovarietal de Monastrell pie franco que solo se produce en años de gran calidad de viñedos de 55 años en Sant Agustí, al oeste de la isla. Se trata de un viñedo de 0,9 hectáreas con un rendimiento de 12 hl/ha y con un suelo arenoso sobre maré. La vinificación prevé uva despalillada, fermentación alcohólica con levaduras indígenas (pie de cuba) sin control de temperatura y maceración durante 17 días. Crianza 80% vasija de terracota y 20% en WineGlobe de vidrio. Color púrpura oscuro con aroma de fruta negras, higo, tabaco y vainilla. Sabor a tabaco, cereza, ciruela y especias dulces con final largo y persistente.

  • blanco 2022 (953 botellas y 63 magnums): blend de malvasía "Grec" (91%), moscatel de grano menudo (7%) y de malvasía aromática (2%). Las uvas proceden de viñedos de 13 años en viejos bancales reconstruidos al borde de un acantilado a 180 metros de altitud en Es Cubells (municipio de Sant Josep). Se trata de 0,9 hectáreas de viñedo con un rendimiento de 12 hl/ha y con suelo de arenas limosas, cal y piedras. La vinificación prevé vendimia manual en cajas de 12 kilos con preselección de la uva en el campo. Prensado directo en frío, desfangado durante 24 horas e inoculación con pie de cuba indígena. Fermentación y crianza en una barrica de roble francés de 700 litros de segundo uso con battonage periódico hasta su ensamblaje previo embotellado. Color amarillo dorado brillante. En nariz frutas de hueso, minerales y vainilla. De media acidez, fresco, con ligero amargor y un final medio-largo. Al paladar tiene toque de vainilla y mantequilla.

https://www.instagram.com/Ibizkus/

Un artículo de Maurizio Limiti
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