Martes 20 de Agosto de 2024
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Las recientes dificultades a que se enfrentan dos grandes cooperativas italianas de vino, Moncaro en Marche y Cantine Europa en Sicilia, han puesto de manifiesto problemas estructurales profundos en el sector vitivinícola del país. Estas crisis no solo afectan a las regiones en las que se encuentran estas cooperativas, sino que también amenazan la reputación comercial e internacional de dos vinos italianos destacados, el Verdicchio dei Castelli di Jesi y el Grillo.
La situación más crítica se encuentra en la cooperativa Terre Cortesi-Moncaro, ubicada en Montecarotto, en el corazón de la zona de producción del Verdicchio dei Castelli di Jesi. Esta cooperativa, fundada en 1964, es la más grande de la región de Marche, con 612 miembros y una producción anual de 10 millones de botellas, de las cuales el 40% se exporta. Sin embargo, la cooperativa se encuentra en una situación financiera delicada, con una deuda de aproximadamente 25 millones de euros, lo que ha llevado a impagos a sus 58 empleados y a una intervención judicial para intentar resolver las disputas con los acreedores.
El aumento de los costes de producción, impulsado por el encarecimiento de la energía y del vidrio, junto con la caída de la producción de uvas debido a enfermedades como el mildiú, han sido señalados como las principales causas de esta crisis. Además, las recientes inversiones, como la adquisición de la bodega Villa Medoro en Abruzzo, han generado controversia y han contribuido a la inestabilidad financiera de Moncaro.
En respuesta a esta crisis, el Instituto Marchigiano di Tutela Vini ha implementado medidas de almacenamiento a granel para proteger el mercado del Verdicchio dei Castelli di Jesi. Esta decisión busca prevenir la especulación y proteger tanto la sostenibilidad de las empresas como la calidad y el valor de la denominación.
La situación no es mejor en Sicilia, donde la cooperativa Cantine Europa, especializada en la producción de vinos a base de la uva Grillo, también debe hacer frente a serias dificultades económicas. Tras una votación de desconfianza, la nueva dirección de Cantine Europa ha decidido asociarse con la cooperativa Colomba Bianca para asegurar la cosecha de 2024 y mantener abiertas las instalaciones de producción. Sin embargo, la sequía extrema que afecta a Sicilia en 2024 está poniendo a prueba a los viticultores, y se espera una cosecha reducida en comparación con años anteriores.
Estas crisis revelan problemas más amplios en la industria vitivinícola italiana, que van más allá de las dificultades puntuales de estas dos cooperativas. Las medidas adoptadas hasta ahora, como las asociaciones temporales y el almacenamiento a granel, son parches que no abordan las raíces estructurales de las crisis. La viabilidad a largo plazo de estas cooperativas y la preservación de la reputación de los vinos italianos dependen de decisiones más profundas y potencialmente impopulares que garanticen la estabilidad y sostenibilidad del sector.
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