La Generación Z y el Vino: ¿Cuáles son sus hábitos de consumo?

Los elaboradores de vino y productores de destilados lo tienen un poco peor con esta nueva generación ya que las bebidas sin alcohol, por muchos motivos, son las elegidas

Javier Campo

Lunes 23 de Octubre de 2023

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Este es un tema que preocupa al sector en todo el planeta y, ya no estamos hablando de cultura, sino de negocio. Para algunos de nosotros que estamos dentro de la Generación X, el mundo del vino y las bebidas alcohólicas es parte inherente de nuestra cultura. Son muchos los factores que hacen que las siguientes generaciones tales como la Y o la Alfa, consuman menos vino, pero esto viene dado principalmente por la franja de edad.

Pero los Z no ven el vino como un elemento de disfrute en muchos casos y esto ha hecho que el sector se reinvente y dedique parte de su I+D a llegar a este sector de la población. Las líneas coincidentes en todo el planeta son tres básicamente:

Los vinos bajos en alcohol

Aquí en España quizás lo más introducido sean esas bebidas tipo frizzantes y que no podemos acabar de llamarlas vino porque no cumplen con ciertos parámetros. Lo que, si es verdad que, entre el punto carbónico, el alcohol que está entre los 4º y los 8º y si ha esto le sumamos el packaging y la etiqueta, se ha conseguido que algunos jóvenes se inclinen por esta bebida. Queda pendiente aquí el tema de las calorías y los azúcares, que eso es otra.

Los vinos en lata

Parece que, en otros países, esto ha sido un furor entre la juventud. Pero aquí, hay que ser honestos y decir que, no ha funcionado como se esperaba. En general, nadie se bebe un vino directamente de la lata. A todos nos gusta la copa, oler, ver el color, darle vueltas... forma parte de un ritual para los que les gusta el vino. En verdad os digo que aun no he visto a nadie, tomarse una lata de vino, ni en la calle ni en un local. Esto da para otro articulo entero dedicado a los canned wines.

Los vinos sin alcohol

Los llamados vinos sin alcohol o desalcoholizados son la tercera de las líneas de algunas bodegas que apuestan por esta opción para llegar a más público. Los resultados son más que discutibles en algunos casos ya que ni en nariz ni en boca los vinos sin alcohol se parecen a un vino convencional. Pero, hay que decir que, a algunas personas ya les va bien, especialmente por el aspecto social. Y el ejemplo más claro es la cerveza sin alcohol, pero aquí, los elaboradores llevan ventaja ya que los parecidos entre "sin" y "con" son más que razonables.

Si nos van vamos al sector de los destilados, las bebidas sin alcohol y light también son objeto de deseo de los productores, para llegar a los jóvenes. Aquí también entran las Hard Seltzer. Algunas de estas bebidas son un auténtico timo ya que no se parecen en nada a las "originales" y los típicos combinados dejan mucho que desear aún. Por eso, las bebidas premium han tenido un repunte entre los jóvenes, siempre que haya un poco de espectáculo de por medio.

En definitiva, la generación Z tiene inquietudes marcadas por la influencia digital y sus máximos representantes, los influencers, que son los que "guían" con sus publicaciones el consumo responsable, o no, la no ingesta de azucares, o si, la salud mental y la preocupación medioambiental. Pero la foto con la copa de vino en Instagram se ve muy bien.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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