Wine Rider: Ribera del Júcar II, perderse entre viñedos

Un viaje único que fusiona historia, cultura y enoturismo

David Manso

Viernes 20 de Octubre de 2023

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El segundo día de ruta por la Ribera del Júcar arranca en Alarcón, población en la que disfrutar de su visita, la gastronomía de la zona y descansar tras la jornada anterior. El día amanece despejado, ideal para rutear, perderse por caminos rodeado de viñedos y descubrir nuevas localizaciones de esta zona del sur conquense. Dejo atrás este pueblo fortaleza cargado de historia para dirigirme a Sisante, pueblo que acoge la sede de la DOP Ribera del Júcar donde he quedado con Juancho Villahermosa, Gerente de la DOP Ribera del Júcar.

Juancho me tiene preparada una sorpresa que descubro a mi llegada, además de su trabajo en el sector del vino, es también motero. Su pasión por ambas le hace unirlas para disfrutar de viajar en moto por zonas de producción de vinos. Un enoturista sobre ruedas en toda regla. Juancho me cuanta cómo es y qué caracteriza a esta denominación, cómo son sus viñedos, clima, su tradición por elaborar vinos. Sobre cómo se está estructurando una ruta de enoturismo y del potencial que tiene de la zona, algo todavía en proceso de creación y que esperan poner en marcha en un futuro próximo. Hablamos de sus afición por viajar en moto y de qué destinos relacionados con el vino le gustaría visitar; a lo que me responde que todos, que daría la vuelta a España saltando de viñedo en viñedo. Para finalizar le pido que me elija dos vinos que representen a esta zona para que aquellas personas que no la conozcan tengan un primer acercamiento. Elige sin duda alguna un vino de la variedad Bobal, bien tinto o rosado, por ser la uva que más representa a esta zona de producción, y también añade un blanco dulce de Moscatel de Grano Menudo, vinos de escasa elaboración pero que Juancho invita a descubrir.

Tras entrevistar a Juancho, me acompaña durante parte de la ruta para disfrutar juntos del placer de viajar en moto. Menudo salto generacional y tecnológico hay entre la Kawasaki Gpz 550 de finales los años 80 con la BMW R 1250 GS del 2023, un mundo, aunque lo importante en este caso no son los años, sino más bien el espíritu, y eso nos vale para compartir un buen rato juntos. No hay duda de que el vino une a las personas, y las motos también. Me deja en el camino de entrada a mi siguiente visita, me despido de Juancho y me sumerjo por caminos de tierra en los que los viñedos copan las vistas y los tractores laborean en la distancia. Tras disfrutar del paisaje que me ofrece el camino llego a Bodegas Illana.

Bodegas Illana pertenece también a Pozoamargo, pueblo que visitamos en la primera jornada de ruta. Rodeada de campos de cultivo, la bodega es una bonita casa de campo dentro del paraje de la Finca Buenavista. Allí me recibe Javier Prosper, propietario de esta bodega familiar, con quien visito viñedo, recorro sus instalaciones, hablamos de su oferta del enoturismo y catamos algunas de sus elaboraciones. Referente al enoturismo, Javier me informa: "No tenemos un modelo estandarizado de enoturismo, más bien es a la carta. El cliente nos contacta, solicita la experiencia que quiere realizar, en este sentido le orientamos, y entre los dos, enoturista y bodega, diseñamos un plan para disfrutar de la visita a bodega". En Illana cultivan principalmente la variedad Bobal, como ya mencionamos la más representativa en la zona, pero además esta es acompañada en varias elaboraciones de otras variedades foráneas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Cabernet Franc e incluso la blanca Sauvignon Blanc. Vinos en los que la crianza en madera de roble francés juega un importante papel, a la vez de ser un sello de identidad de la bodega, la cual también elabora vinos en ánfora (tinaja) y una elaboración especial en madera de castaño. Últimamente estoy catando vinos de Sauvignon Blanc con diferentes procedencias, y es interesante ver cómo se comporta esta variedad foránea que se ha adaptando bastante bien a las diferentes zonas de cultivo con sus climas y suelos particulares. Aquí, en Illana, se cultiva en ecológico y su vino resultante Casa de Illana Alma 2022 es complejo en aromas, notas tropicales y con buena acidez, en definitiva un vino que está rico. Cato también su monovarietal de Bobal, Casa de Illana Bobal 2019 Vino de Parcela, muy franco, notas especiadas, tanino maduro y potencia, y Casa de Illana Selección 2016 en el que la Bobal (50%) es acompañada a partes iguales por Syrah (25%) y Cabernet Sauvignon (25%), vino complejo, con potencia, con las notas que aportan sus 16 meses de crianza (vainilla, madera, ahumados).

Tras la visita, es hora de seguir disfrutando de la gastronomía de la zona. Ya que el día anterior compartí mesa con la familia de Las Calzadas con platos tradicionales, voy a cambiar de tercio. Me dirijo a La Roda, en el límite de la Ribera del Júcar, que sin  pertenecer a la propia denominación está estrechamente ligada a sus vinos y a la gastronomía de la zona. Llego al restaurante los Morunos donde disfrutar de la creatividad de su cocina de innovación en la que los productos de la zona y de otras localizaciones se unen para crear platos muy originales. Tapas como su Carajillo de foie, la Ensalada de perdiz, Croqueta de gamba al ajillo,..etc. Un festival de sabores acompañado con vinos de la recién visitada Bodegas Illana. Una experiencia diferente a los platos más tradicionales que se suelen probar cuando viajas por La Mancha.

Tras comer, y al haber probado un par de copas de vino durante la comida, dejo un tiempo prudencial para subirme a la moto. Hay que hacer del enoturismo sobre ruedas algo seguro y para el disfrute, por ello visito La Roda. Me pierdo por sus calles teñidas de "Blanco de España", una roca blanca y blanda muy presente en la zona y que es elemento principal de sus construcciones. Varias iglesias y ermitas nos señalan que La Roda es un pueblo en el que el culto religioso está muy presente en sus tradiciones. Plazas, fuentes, la famosa Esquina de Alcañabate con su atípica fachada a dos calles y la Casa del Inquisidor, son parte del patrimonio visitable de esta población. Tras el paseo, termino en La Miliaria, un recuerdo a esas calzadas romanas que originaron muchos de los asentamientos de la zona y que fueron tiempo atrás impulsoras de la viticultura de la zona.

El día va concluyendo y con ello la ruta de enoturismo por la Ribera del Júcar también. La caída del sol es un buen momento para disfrutar de las vistas que nos regalan los viñedos. Bonitas estampas que uno puede contemplar mientras se pierde por los numerosos caminos y carreteras que recorren esta zona de producción. Después de dos días intensos de ruta me dirijo a la Casa Rural La Moragona, un hotel rural perdido entre olivares desde donde contemplar por última vez las vistas a la Ribera del Júcar, descansar, relajarme y disfrutar de la gastronomía acompañado por un vino joven de Bobal que curiosamente, y es pura coincidencia, se hace llamar como el lugar que visito. Vega Moragona 2020, una elaboración de la Cooperativa Viñas de Casas de Haro. Un buen cierre a esta tercera temporada de Wine Rider Enoturismo sobre ruedas. Hasta pronto amigos.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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