¿Los errores te hacen ver la copa vacía?

¡Bonito día!

¿Publicas tus éxitos, ocultas tus errores?

El error te muestra que eres falible y vulnerable. El error es una oportunidad de aprendizaje y de practicar la autocorrección. Mostrarte vulnerable tiene consecuencias ¿positivas y/o negativas? ¿qué piensas?

Hoy comparto contigo un error: creé con mucha ilusión el concepto de "Bodega filosófica" pero salvo una bodega que ha mostrado interés, el resto no. ¿Qué he decido hacer? Escuchar al silencio y al "no": he cambiado la propuesta: Vinosofía para bodegas ¿Qué te parece?

Esta situación me ha hecho preguntarme: ¿cómo es la comunicación de las bodegas españolas?, ¿necesitan a la Filosofía para mostrar con más claridad sus principios y valores?, ¿necesitan a la Filosofía para mostrar coherencia en sus mensajes?, ¿necesitan a la Filosofía para mostrar el deleite que generan sus vinos y sus enoexperiencias? ¿Qué piensas sobre la aplicación de la Filosofía en la comunicación de las bodegas?

Me encanta el vino y la Filosofía, ya he escrito dos libros sobre su maridaje, dos motivaciones que están presentes en mi vida y que propician mi autocuidado. Considero que beber vino en compañía y en libertad no sólo tiene beneficios corporales además es una experiencia filosófica porque propicia el autoconocimiento, el conocimiento compartido y los buenos diálogos con deleite. ¿Qué beneficios te aporta el vino?

Compartir los aciertos garantiza una satisfacción previa: ¡He conseguido lo que había planeado con ilusión y esfuerzo! También garantiza las felicitaciones.

La autocorrección es un beneficio filosófico porque gracias a la Filosofía:

1. Identificas tus dificultades, nombas las dificultades ("Lo que no se nombra, no existe" George Steiner) y las gestiono.

2. Clarificas tus decisiones sobre lo que has hecho y lo quieres hacer después de descubrir el error. Revisas y modificas si es necesario los conceptos y definiciones que forman parte de tus decisiones. Las palabras tienen el poder de crear la realidad.

3. Radicalizas tus decisiones, es decir, profundizas cada decisión ¿cómo? Revisas tus presupuestos (ideas -positivas y/o negativas- que te repites para decidir, para animarte, para reflexionar...) y sus causas y sobre todo anticipas y asumes las consecuencias de tus decisiones.

Hoy muestro mis errores para compartirlos, para autocorregirme y sobre todo para escucharte ¿qué haces con tus errores?, ¿cómo te sientes cuando los experimentas?

¿Te atreves a equivocarte para acertar la próxima vez?

Un abrazo filosófico, Carmen Bengoechea Bernal

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