Las fiestas del pueblo y el vino

En agosto ha habido algunas fiestas patronales dentro de las restricciones. Irse a pasar la vacaciones al pueblo durante las fiestas es un clásico. Ahora en septiembre, viene la vendimia y todo se mezcla entre fiesta y algarabía

Javier Campo

Viernes 03 de Septiembre de 2021

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Además de la sana costumbre de irse a pasar las vacaciones al pueblo, hay mucha gente que con la pandemia se ha ido a vivir a un pueblo para trabajar desde ahí y salir de las aglomeraciones de la gran ciudad. Se gana en calidad de vida y se evitan riesgos a partes iguales. En muchos pueblos, benditos sean, mucha gente vive de la vitivinicultura y, ahora en esta época, están ya pensando en vendimiar o vendimiando. En algunos lugares, van más adelantados.

Normalmente, las fiestas patronales suelen caer más o menos por estas fechas y hemos conseguido unir la veneración por el santo, santa o virgen que toque con la vendimia. Y si no coincide, pues lo celebramos igual. Con que ganas vamos a retomar esa orquesta en la plaza del ayuntamiento tocando "sopa de caracol" y "paquito el chocolatero". Si esto lo acompañamos con los vinos de la zona ya es la fiesta completa.

Ya os hemos hablado de la batalla del vino en La Rioja. Todo un fiestón que aúna el guarreo de lanzarse vino con la tradición y la cultura de esta región. Pero, además, en septiembre se celebra San Mateo en Logroño que llena sus calles de actividades (ahora menos) y de vida.

Batalla del vino de Haro (La Rioja)

En Quintanar de la Orden, se marida el vino con la astronomía. La mejor selección de vinos manchegos mirando por un telescopio y descubriendo planetas, estrellas, constelaciones y quien sabe, si alguna nave no identificada. Cuanta envidia van a tenernos los de la NASA, que allí mucho cohete y mucha hamburguesa, pero, ni queso, ni fiesta en Cabo Cañaveral.

En Terra Alta, la Fiesta del Vino de Gandesa aglutina la presentación de sus vinos, la gastronomía y el ambiente familiar en medio de diversas manifestaciones folclóricas arraigadas a la comarca. Una copa de garnacha blanca, los Juniors tocando La Perla Preciosa y una Clotxa del Noi del Moderno. Para que vamos a pedir más.

Pues si hasta tenemos una romería vikinga en Barbanza. Los drakars alternan los cuernos de cerveza con las copas de albariño frente a las Torres de Catoira. Espectacular su gastronomía, la amabilidad infinita de sus gentes y el color dorado de un Castelum Augusti dando alegría a cada sorbo.

Romería vikinga de Catoira (Pontevedra)

Hoy solo hemos tocado cuatro cosillas, pero las fiestas de pueblo y el vino son indivisibles. Y digo yo, ¿Quiénes somos nosotros para separarlo? Lo que el vino ha unido, que no lo separe el hombre.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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