Martes 30 de Junio de 2020
Leído › 2607 veces
Ya habréis notado que este año la senda de la madurez no va a ser fácil, 2020 está resultando ser un autoexamen de la naturaleza.
Las cepas se desarrollan con buen vigor y pese a las adversidades han conseguido cuajar la flor, podemos decir que se ha engendrado nuestro vino y empieza la excitante expedición para llevar la uva a su madurez óptima.
Alcanzar la cumbre de la madurez en condiciones es como un 8.000, cualquiera puede llegar, el tema es en que estado ¿fresco y turgente o "hecho unos zorros"?
Para que la uva llegue fresca a la cumbre de la madurez, la planta debe llegar bien preparada y equipada al campo de altura, que es el envero. Aquí la suerte está echada y ya no podemos hacer nada por la calidad de la uva más que esperar que el clima se comporte para hacer cima.
Pero hasta el envero si podemos actuar. El camino dese el cuajado hasta el envero es metabólicamente muy exigente para la planta, las hojas hacen jornada solar de solsticio y las raíces lo dan todo (si la temperatura del suelo lo permite) para aportar los nutrientes necesarios, sobretodo los que tienen picos de absorción en este periodo: K, Ca, N, Mg.
De cuajado a envero la cepa tiene que:
De su vigor y su equilibrio nutricional depende que se adapte o no a las condiciones climáticas de la cosecha, y llegue a la madurez en mejores o peores condiciones.
Este año es muy peculiar. Suelos fríos que limitan la actividad radicular y muy lavados por las excesivas lluvias, vigor importante, oligoelementos en mínimos, algunos desequilibrios nutricionales, humedad alta en época de floración y mucha presión de mildiu.
Vamos, que tiene todos los números para provocar accidentes de maduración como el secamiento de raspón (causado por exceso de N, desequilibrio K/Mg carencia de Mg) o una maduración heterogénea o insuficiente (exceso de vigor y deficiencias de K).
Cuando en un año fresco y húmedo a la uva le cuesta madurar no es porqué haga frío, las integrales térmicas tarde o temprano se cumplen. Es más probable que sea porqué le falta K para aguantar todo el vigor que ha desarrollado.
Entre al cuajado y el envero todavía tenemos la oportunidad de ayudar a la cepa a superar sus desequilibrios y llegar a su objetivo con aplicaciones foliares de abonos orgánicos.
Hasta mitad de envero podemos trabajar sobre:
Y hasta final de envero:
El frescor, la armonía, la fruta, la grasa... del vino, todo, se va a desarrollar durante esta etapa. Midiendo y siguiendo muy de cerca la fisiología de la planta, interpretando y actuando en consecuencia, es como podemos obtener grandes uvas para grandes vinos.
¡¡¡ BUEN ENVERO!!!
Leído › 2607 veces
Fundada en 2007, Vinetur® es una marca registrada de VGSC S.L. con una larga historia en el sector del vino.
VGSC, S.L. con CIF B70255591 es una entidad inscrita en el Registro Mercantil de Santiago de Compostela, Boletín 181, Referencia 356049 en el Tomo 13, Folio 107, Sección 6, Hoja 45028, Inscripción 2
Email: [email protected] | Telf.: +34 986 077 611
Sede y oficinas en Vilagarcía de Arousa