Santi Borrell: “No tuve ningún apoyo de la industria del cava”

El autor de “La història del Cava” y del premiado “La vinya i el vi del Penedès” habla sobre la sus libros, su visión del vino y analiza la actual situación vitivinícola en la comarca catalana

Carlos Aguila Muñoz

Viernes 20 de Diciembre de 2019

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Santi Borrell y su libro "La vinya i el vi del Penedès"

Entre mis grandes pasiones están la familia, el vino y la lectura. Hace poco tiempo una amiga, Ester, me hizo un gran regalo! Un libro sobre vino: "La vinya i el vi del Penedès". No tarde en abrir una botella de vino y el libro, y empezar a leerlo.

Su anterior libro, "La història del Cava", ya me cautivo, y aunque segundas partes nunca son buenas, dicen, como amante del viñedo y la historia, es una obra muy necesaria para entender una de las regiones vinícolas más importantes del mundo, la DO Penedès. Conocer el pasado para entender el futuro, es un buen resumen de esta obra de Santi Borrell.

"No se puede entender la crisis, sin entender el pasado. Y creo que si podemos conocer el pasado podremos ver el futuro."

El libro ha recibido dos premios: mejor libro de España en la categoría Historia del Vino, nominado como Mejor Libro del Mundo en esta categoría, y mejor libro de España nominado como Mejor Libro Europeo de Vino publicado en 2019.

Los premios Gourmand International  están considerados como los Oscar de los libros de gastronomía y de vinos. Este evento anual es un punto de encuentro anual de periodistas y escritores de la gastronomía y del vino, de todo el mundo que han sido nominados por países para alcanzar el premio a nivel mundial.

El libro "La vinya i el vi del Penedès" competirá con libros publicados de todo el mundo. En la categoría de Mejor libro del Mundo de Historia del Vino hay cinco que podrán optar al premio mundial, libros publicados en Chile (La Viña y el Vino en el Cono Sur), Japón (The Story of Japan Wine) , Francia (Vogue the wine), o México (Los buenos vinos en la historia). En la cateogoria de Mejor libro Europeo de Vino, el trabajo de Santi Borrel competirá con 10 libros de alta calidad, escogidos como los mejores libros publicados en sus respectivos países de Alemania, Austria, Italia, Croacia, Suiza, Rumania, Eslovenia, Suecia, Gran Bretaña y un libro de Estados Unidos que habla sobre vinos europeos.

Por todo ello, hoy vamos a conocer un poco más a Santi Borrell, su libro y la visión que tiene del vino.

¿Cuándo descubriste el mundo del vino?

Nací en 1972 en Vilafranca del Penedès y he vivido gran parte de mi vida en Sant Sadurní d'Anoia, en un ambiente familiar y laboral, ligado al cava. Mi abuelo materno trabajó muchos años en Freixenet y mi abuelo paterno trabajó más de cincuenta años a Codorniu. Aparte, mi padre trabajaba en las Gráficas Llopart que confeccionaban etiquetas para muchas empresas. Con catorce años empecé a coleccionar etiquetas de cava y con este impulso empecé a hacer el primer estudio histórico sobre los primeros elaboradores de vinos espumosos de Sant Sadurní d'Anoia. En aquella primera fase no tuve ningún apoyo de la industria del cava. La respuesta del sector fue muy reticente, dominaba la oscuridad y la información publicitaria. Establecí una buena amistad con el historiador Marcel Gabarró, alcalde de Sant Sadurní d'Anoia, y me dio unos consejos fundamentales. Era muy joven y no sabía qué podía hacer con ese primer estudio y decidí guardarlo en un cajón, durante un tiempo.

¿Cómo 'aprendiste' de vinos?

Con dieciséis años entré a trabajar a las cavas Freixenet. Fue una forma de estimular mi conocimiento. También estudié Viticultura y Enología de segundo mayor en la Escuela de Espiells, donde tuve la suerte de conocer el gran maestro y enólogo Joan Milán. Mientras estudiaba y trabajaba, por fases, fui elaborando fichas de todos los elaboradores de vinos espumosos y gasificado de Sant Sadurní d'Anoia. De este modo fui realizando mi primer libro "Historia del cava".

¿Recuerdas el primer vino que te emocionó?

El primer gran vino que me emocionó fue el cava Reserva Real de Freixenet, un espumoso exquisito, de larga crianza. También recuerdo los primeros vinos tintos que probé de Jean León, así como el Milmanda de Torres. Actualmente, intento que cada día me emocione un vino diferente. Estos últimos meses he cogido la costumbre de ir a un bar de vinos que hay al lado de casa, Ángelus. Tengo la suerte de probar grandes vinos de todo el mundo.

¿Qué relación ves entre el vino y la vida?

El ciclo de la vid es como el ciclo de una persona, con cambios y repeticiones. El proceso de elaboración y comercialización del vino también. La viña es como la fase infantil de un vino y la elaboración y comercialización es como la fase adulta. Cuando trabajaba en Freixenet, escribí los primeros poemas ante las líneas de producción. Tengo un poema inédito donde hablo de este hecho, un poema que puse dentro de una caja de Cordon Negro y que se llevó a Estados Unidos.

¿Nos falta cultura del vino?

Totalmente. Las empresas vinícolas, en líneas generales, no asumen su papel cultural, social y ambiental. Son empresas capitalistas que no entienden otros valores. Los valores culturales o sociales o ambientales sólo lo fijan en la etiqueta. De hecho, hay empresas vinícolas que han destruido bosques para plantar viñedos para luego certificar sus botellas de vinos como productos ecológicos. Una paradoja surrealista del mundo capitalista. La viticultura llora por el cambio climático pero la viticultura, en parte, también es responsable del cambio climático. La destrucción del bosque ha hecho mucho daño al paisaje agrario. No se ha respetado la historia ni la cultura de los pueblos. Además, todos los herbicidas y los tratamientos químicos que se han aplicado en las viñas han tenido un impacto muy negativo durante décadas y décadas.n tingut un impacte molt negatiu durant dècades i dècades.

¿Qué ha significado para ti el premio?

En un primer momento, me alegró, pero con el paso de los días he ido reflexionando sobre su impacto real. El reconocimiento no debería ocultar la realidad. Hay empresas vinícolas que no han tenido ningún interés por el libro. Es decir, no interesa el pasado, porque no interesa el futuro. Y eso, como autor, puede generar tristeza, ya que es un libro que está dirigido al sector vitivinícola del Penedès. Con el primer libro, dedicado a la historia del cava, no recibí ningún tipo de felicitación de la DO CAVA y del sector institucional. El segundo libro, dedicado a la viña y el vino del Penedès, se ha podido publicar a partir del apoyo de la DO Penedès. Y este aspecto, lo considero muy positivo. El Penedès vitivinícola debe cambiar de mentalidad, si quiere superar la crisis que está sufriendo.

¿Cuéntame cómo surgió la idea del libro, cuanto tiempo le dedicaste? Expláyate

Cuando me dieron el premio Gourmand 2017 en China, como mejor libro del mundo sobre historia del vino, consideré que podía aprovechar ese momento para ampliar ese primer estudio, dedicando más tiempo a la viña y al territorio. El sector del cava no ha tenido nunca como prioridad la viña y el territorio. Tiene una región sin ningún tipo de sentido y el valor de la viña depende de los precios bajos del cava. Por eso cuando volví de Yantai, me planteó la necesidad de hacer un segundo estudio, mucho más amplio. Durante unos días me asustó la idea, ya que significaba renunciar al mi pasión de escribir poesía durante el tiempo que dedicas a realizar ese estudio. Estuve dos años para hacer este libro, dos años de mi vida a consultar los archivos comarcales, buscar fondos privados de empresas desaparecidas, realizar numerosas entrevistas. El primer apoyo partió de la DO Penedès. Pude leer una parte de su archivo, especialmente las actas de las reuniones del consejo regulador. Fue un trabajo apasionado pero también muy lento. Por las mañanas leía archivos y en las tardes leía libros históricos que se habían publicado sobre el vino. Fueron semanas y semanas de consultar archivos. Luego vino otro tipo de investigación: las entrevistas, las fuentes orales. Cogía el teléfono y empezaba a llamar la lista que tenía apuntada de números de teléfono para concretar visitas. Fue una tarea muy dura, visitar bodegas elaboradoras de vino base, cooperativas, viticultores y asociaciones vitivinícolas. Dejé para el final, la historia de todas las bodegas activas del Penedès. Seguramente fue el trabajo más duro que tuve que superar, ya que existieron muchos silencios y evasivas. Finalmente lo terminé haciendo, quizá por orgullo o por deseo de superación. Recuerdo una entrevista extraordinaria con Rubén Parera, mientras estaba podando un viñedo de San Lorenzo. Esa misma tarde visité dos bodegas de la zona. Mi padre me acompañaba con su coche a todas las bodegas. En casos muy concretos, realizaba las entrevistas por correo o por teléfono. Una vez recogí todo aquel material, le di forma. Fue como crear una obra sin tener conciencia de lo que estaba haciendo. Y eso es lo que me ayudó a poder crear.

Carlos Aguila Muñoz
Winelover y escritor especializado en enoturismo, enología e historia del vino.
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