¡Tómate un graciano!... de buen rollo te lo digo

Esa es la sensación que se te queda. Buen rollo. Tal y como cuenta el propio hacedor del Dehesa de Luna Graciano, un vino de Albacete que brilla sin pretensiones en medio de un universo de “estrellas” de grandes denominaciones

Javier Campo

Martes 05 de Diciembre de 2017

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Dehesa de Luna es una bodega dentro de la IGP Vinos de la Tierra de Castilla que elabora vinos bajo la atenta dirección de José Ramón Lissarrague, el profesor. Son 3000 hectáreas situadas en El Campo de Montiel, de las cuales 2000 son bosque y 100 se dedican al cultivo de olivos, almendros, pistachos, cereales y tan solo 83 hectáreas, el 3%, son vid. En estas últimas, existe una parcela, la Cañada del Navazo, que es la cuna del nuestro vino protagonista.

En este viñedo hay diversas variedades foráneas y españolas, y entre estas últimas el graciano es la elegida para elaborar el Dehesa de Luna Graciano, valga la redundancia. Muy lejos de ser un vino anodino, este graciano demuestra la complejidad y calidad de éste vino albaceteño.

Desde el principio de la elaboración, este vino está pensado para conservar en la botella la esencia y la expresión de esta, en ocasiones denostada, variedad. Cuidan la fermentación para que no sobrepase los 25ºC y la maceración es muy cuidadosa. El proceso de fermentación maloláctica se realiza en la propia barrica de 500 litros y pasa un tiempo medio de 12 meses de crianza.

Su color es rojo oscuro de capa alta con ribete azulado brillante. En nariz nos muestra infinidad de frutos rojos y de especias muy fácilmente identificables y que dejo a la percepción del lector y a su vez, catador. En boca tiene una entrada sedosa y elegante con matices mentolados y frescos que preceden a un final largo y persistente. Da buen rollo.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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