Un estudio de la Universidad de Santiago podría acabar con las barricas de roble francés en los vinos gallegos

En caso de obtenerse resultados positivos, las barricas de madera gallega podrían sustituir a las caras barricas de roble francés.

USC

Miércoles 30 de Junio de 2010

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En caso de obtenerse resultados positivos, las barricas de madera gallega podrían sustituir a las caras barricas de roble francés

Barricas de Carballo
Barricas de Carballo
Para determinar las propiedades que esa madera le otorga a los caldos, novecientos litros de la cosecha del año pasado de las denominaciones de origen Ribeira Sacra y Valdeorras reposan desde hace varios meses en cuatro barricas bordelesas, con capacidad para 225 litros, elaboradas con roble de la tierra por la empresa Lugo Forestal Peninsular.

Comprobar si el uso de barricas elaboradas con madera de roble gallego para madurar el vino mejora su calidad es el objetivo de la investigación que la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad de Castilla-La Mancha están desarrollando conjuntamente bajo la dirección del profesor de la Escuela Politécnica Superior de Lugo Ignacio Díaz-Maroto.

A los recipientes se les da un ligero tostado, alcanzado por simple contacto con el humo, antes de introducir el vino, que se dejará madurar hasta que los enólogos estimen que la madera no le puede aportar nada más. Los expertos ya realizaron alguna cata, pero las decisivas serán las que se realicen cuando los caldos se pasen a la botella y reposen un tiempo en el vidrio.

Esta investigación está financiada por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología y cuenta con el respaldo del Consejo Regulador de la denominación de origen Valdeorras.

A la espera de los resultados

Pese a que el vino aún reposa en las barricas, la bodega Algueira (esta bodega pertenece a la D.O. Ribeira Sacra) y el Consejo Regulador de la denominación de origen Valdeorras, que reúne la mayor superficie de viñedos de Galicia, mostraron ya su interés por esta investigación de forma que, de obtener resultados positivos, los vinos podrían comenzar a madurarse en barricas elaboradas con robles gallegos, sustituyéndolos a los tradicionales recipientes de roble francés y americano que tienen una composición química diferente y cuestan unos 1.500 euros por unidad.

En Galicia hay alrededor de 200.000 hectáreas de robledales autóctonos y su madera se emplea para elaborar recipientes para transportar los vinos pero nunca para hacer caldos de crianza, una costumbre que pensaron en cambiar los investigadores del Campus de Lugo Ignacio Díaz-Maroto y Pablo Vila.

Su trabajo se divide en tres fases, la primera en la que hubo que reconocer la potencialidad de la madera gallega; la segunda y actual, en la que el vino reposa en las barricas; y la tercera, que si llevará la cuerda antes de la nueva cosecha y que supondrá el embotellado de los caldos, haciendo sucesivas catas para ver qué propiedades especiales aportó la madera.

Si se demuestra que el uso de los robles autóctonos le concede al vino características especiales que dan respuesta a los vinos ligeros que cada vez tienen mayor demanda en el mercado, los investigadores piensan ya en estudiar los efectos de otras especies autóctonas como el castaño.

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