Marco Bertagni
Viernes 31 de Octubre de 2025
Durante la reciente asamblea de Federmosti y MUST —las asociaciones italiana y europea de productores de mosto concentrado y rectificado de uva, ambas gestionadas por Bertagni Consulting srl—, se dedicó especial atención a la evolución del etiquetado del vino, a la luz de las nuevas normativas europeas y de las crecientes expectativas de los consumidores en materia de transparencia y trazabilidad.
El encuentro presentó los resultados de una encuesta promovida por Federmosti en colaboración con la revista WineMag, que reveló cómo la presencia —o ausencia— de ciertos ingredientes, como la sacarosa, puede influir de manera determinante en las decisiones de compra de los consumidores.
También se confirmó una tendencia general en Europa: la etiqueta tradicional, concebida principalmente con fines promocionales, ya no responde a la demanda de información objetiva, verificable y fácilmente accesible.
"La etiqueta física, tal como la conocemos hoy, ya no basta", explicó Marco Bertagni, presidente de Federmosti y MUST. "Los consumidores quieren saber qué están comprando; desean información real, no eslóganes ni imágenes evocadoras. Por eso acogimos positivamente la introducción de la obligación de declarar, en las etiquetas electrónicas, el posible uso de sacarosa o de mosto concentrado de uva. Es un paso adelante significativo y útil."
"La transparencia necesita comunicación - Según Bertagni, - el avance normativo corre el riesgo de quedarse corto si no se acompaña de una labor activa de información y educación pública".
"Hemos alcanzado un resultado importante, pero no es suficiente. Los ciudadanos deben saber dónde encontrar esta información y por qué es relevante. Sin comunicación, la transparencia se queda en mera intención — y corremos el riesgo de una victoria pírrica."
Un análisis de la comunicación digital de los productores —desde sitios web hasta redes sociales — confirma un enfoque todavía demasiado prudente respecto a la promoción del nuevo etiquetado electrónico. Faltan mensajes claros y campañas informativas que orienten a los consumidores sobre cómo utilizar las nuevas etiquetas digitales.
Durante la redacción de las normas europeas de etiquetado, algunas regiones vitivinícolas mostraron resistencia a incluir todos los ingredientes, especialmente en aquellas donde se permite el enriquecimiento con azúcar. Sin embargo, lo más preocupante, señala Bertagni, es que muy pocos productores o asociaciones sectoriales a nivel europeo están impulsando campañas de sensibilización para explicar a los consumidores las nuevas reglas.
Para llenar este vacío, Federmosti, en colaboración con Federconsumatori, ha anunciado su intención de promover la creación en Italia de una fuerza de tarea conjunta con las tres principales federaciones vinícolas nacionales: Federvini, Unione Italiana Vini y Assoenologi.
El objetivo es promover activamente la comprensión y el uso del nuevo sistema de etiquetado electrónico, ayudando a los consumidores a interpretar los datos y a acceder digitalmente a la información sobre los productos.
"La etiqueta electrónica no es una cuestión técnica ni burocrática; es una herramienta concreta para devolver al consumidor el poder de decisión, basada en datos verificables y transparentes. Es nuestra responsabilidad darla a conocer, explicarla y valorizarla", subrayó Bertagni.
Tras el lanzamiento de esta iniciativa en Italia, Federmosti y MUST se proponen estimular una toma de posición similar entre las asociaciones de productores vinícolas de otros países europeos, fomentando la creación de un movimiento coordinado a nivel continental para reforzar la transparencia, la coherencia normativa y la educación del consumidor en torno al nuevo etiquetado digital del vino.
Además, Federmosti impulsará también el diálogo con las instituciones comunitarias y con las asociaciones europeas de consumidores, con el fin de construir un marco común de comunicación y confianza entre productores, autoridades y ciudadanía.
En un contexto donde la confianza se construye sobre la trazabilidad, la precisión de la información y la verificabilidad, Federmosti y MUST reafirman su papel como actores activos no solo en la defensa del sector del mosto y de las prácticas productivas éticas —recordando que, según las regulaciones europeas y de la OIV, "el vino se elabora a partir de uvas y sus derivados"—, sino también como promotores de una relación más madura, responsable y transparente entre la industria vinícola y los consumidores europeos.