Jueves 26 de Diciembre de 2024
Tres empresarios de Burdeos han sido condenados a penas de prisión que van desde uno hasta tres años por su participación en una trama de trata de seres humanos. La sentencia fue dictada el pasado martes por el tribunal de Libourne, en la región de Gironde. Las víctimas, trabajadores inmigrantes marroquíes de entre veinte y cuarenta años, pagaron entre 8.000 y 10.000 euros a los acusados entre enero de 2021 y enero de 2024. A cambio, se les prometió un contrato de trabajo remunerado con el salario mínimo, alojamiento y un título de residencia. Sin embargo, estas promesas nunca se cumplieron. Los contratos de trabajo no fueron entregados, las jornadas laborales podían alcanzar las 62 horas sin compensación alguna, y no se proporcionó ningún título de residencia legal.
Los trabajadores vivían en condiciones consideradas contrarias a la dignidad humana por la Inspección de Trabajo. En ocasiones, hasta doce personas se hacinaban en dos pequeños apartamentos, donde faltaban incluso los colchones. El principal acusado, identificado como el líder de facto de una empresa de servicios vitivinícolas que actuaba como intermediaria entre los trabajadores temporales y los châteaux, fue condenado a tres años de prisión. Esta sentencia se ajusta a las solicitudes del fiscal, por delitos de trata de seres humanos, sometimiento a condiciones de trabajo indignas y trabajo no declarado.
Su pareja, acusada de los mismos delitos, recibió una condena de dos años de prisión, con un año en suspenso y dos años de libertad condicional. La parte firme de la sentencia se cumplirá en detención domiciliaria con vigilancia electrónica. Ambos han sido inhabilitados de manera definitiva para gestionar cualquier empresa. Además, un marroquí de 46 años, considerado el reclutador de la pareja, fue condenado a un año de detención domiciliaria con vigilancia electrónica. La empresa de servicios vitivinícolas implicada fue sancionada con una multa de 75.000 euros, además de la prohibición definitiva de operar y la confiscación de sus bienes.
Este caso pone de manifiesto una preocupante tendencia en el viñedo de Burdeos, donde los casos de explotación de trabajadores inmigrantes en el sector vitivinícola han aumentado recientemente. El tribunal de Libourne ha señalado estos delitos como una prioridad en su agenda, comparando los mecanismos de explotación con los utilizados por las redes de tráfico de migrantes. La situación subraya la necesidad de medidas más estrictas para proteger los derechos de los trabajadores y hacer frente a las prácticas laborales abusivas en una de las regiones vinícolas más importantes del mundo.