Pese a la baja producción, el comercio internacional de vino se mantiene dinámico

Viernes 13 de Diciembre de 2024

España, a contracorriente, aumenta su producción de vino cuando en el resto cae

La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) presentó el 29 de noviembre de 2024 sus estimaciones preliminares sobre la producción mundial de vino para este año. En el informe, basado en datos de 29 países responsables del 85% de la producción mundial, llama la atención especialmente la caída continuada en los niveles de producción debido a condiciones meteorológicas extremas que han afectado tanto a regiones tradicionales como emergentes. Esta situación ha puesto de manifiesto la necesidad de implementar medidas de adaptación en el sector.

La superficie mundial de viñedos, aunque estable en términos generales, sigue mostrando signos de contracción en algunas áreas clave. Europa lidera en extensión de viñedos, pero sufre importantes problemas relacionados con el impacto del cambio climático. En regiones como España y el sur de Francia, el estrés hídrico y el aumento de las temperaturas han afectado la productividad. Por otro lado, Asia y América del Sur han logrado incrementar su superficie vitivinícola gracias a la modernización de técnicas agrícolas y a la introducción de nuevas tecnologías​.

La producción mundial de vino en 2024 se sitúa entre 227 y 235 millones de hectolitros, con una estimación central de 231 millones. Esto representa una disminución del 2 % en comparación con 2023 y un 13 % menos que la media de los últimos diez años. Este descenso posiciona a 2024 como uno de los años con menor producción desde 1961, un retroceso provocado principalmente por condiciones meteorológicas adversas como lluvias intensas, sequías prolongadas y heladas tempranas, que han afectado a los principales países productores​.

En el hemisferio norte, la Unión Europea, responsable del 60 % de la producción mundial, ha registrado un año complicado. Su producción estimada de 139 millones de hectolitros en 2024 supone una caída del 3 % respecto al año anterior y un 11 % menos que el promedio quinquenal. Italia ha recuperado su posición como mayor productor mundial con 41 millones de hectolitros, un incremento del 7 % respecto a 2023, aunque sigue un 13 % por debajo de su media histórica. Francia, por otro lado, ha sufrido una caída del 23 %, mientras que España logró incrementar su producción un 18 % en comparación con el año anterior, alcanzando 33,6 millones de hectolitros​​.

Más allá de estos tres grandes productores europeos, países como Hungría y Grecia lograron resultados positivos en 2024. Hungría alcanzó 3 millones de hectolitros, un aumento del 22 % respecto al año anterior, siendo esta su mayor producción desde 2010. Sin embargo, países como Alemania y Portugal experimentaron descensos del 6 % y 8 %, respectivamente. En el caso de Alemania, el impacto de las heladas primaverales y las fuertes lluvias del verano fueron determinantes para la caída en los rendimientos​.

En el hemisferio sur, la producción total estimada es de 46 millones de hectolitros, lo que representa un 2 % menos que en 2023 y un 12 % por debajo de la media quinquenal. Este descenso sitúa a 2024 como el año con menor producción en dos décadas. Argentina lidera la región con 10,9 millones de hectolitros, un incremento del 23 % respecto al año anterior, aunque sigue un 4 % por debajo de su promedio quinquenal. En contraste, Chile y Brasil sufrieron caídas del 15 % y 25 %, respectivamente, debido a sequías y lluvias excesivas. En Nueva Zelanda, las heladas durante la floración también afectaron gravemente los rendimientos​​.

El consumo mundial de vino está experimentando importantes cambios, impulsados por factores económicos, demográficos y culturales. Europa sigue siendo el mayor mercado consumidor, pero las cifras reflejan una tendencia a la baja, especialmente en países como Francia e Italia, donde el consumo per cápita ha disminuido en las últimas décadas. En contraste, América del Norte y Asia han registrado incrementos, en parte gracias al crecimiento de una clase media con mayor interés por productos premium y la diversificación de la oferta en estos mercados emergentes​.

El comercio internacional de vino se ha consolidado como un elemento clave para la estabilidad del sector. Desde la década de 1970, las exportaciones han mostrado un crecimiento sostenido, alcanzando en 2021 un índice de internacionalización del 48 %, el más alto registrado hasta la fecha. Europa mantiene su liderazgo como exportador principal, pero regiones emergentes como Oceanía y América del Sur han ganado protagonismo en mercados clave como Asia y América del Norte. Este dinamismo refleja la importancia del comercio como motor de crecimiento para los productores​.

El impacto del cambio climático en el sector vitivinícola es un tema central en el informe. Los eventos extremos, como heladas, lluvias torrenciales y sequías prolongadas, no solo afectan los volúmenes de producción, sino también la calidad de los vinos producidos. Esto obliga a los productores a adoptar prácticas más resilientes, como la diversificación de variedades, la gestión eficiente del agua y el desarrollo de tecnologías avanzadas para minimizar los efectos del clima​.

Así las cosas, 2024 marca un año de inflexión para el sector vitivinícola internacional, con cifras históricamente bajas en la producción y un panorama complejo en términos de comercio y consumo. Sin embargo, la resiliencia del sector y su capacidad para adaptarse a nuevos contextos ofrecen oportunidades para innovar y fortalecer su sostenibilidad a largo plazo. Los esfuerzos conjuntos en investigación, desarrollo e implementación de políticas climáticas serán clave para asegurar la estabilidad de una industria esencial para muchas economías del mundo​.

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