Redacción
Jueves 04 de Septiembre de 2008
Excelente. Ese ha sido el calificativo que han obtenido las cuatro últimas cosechas de Rías Baixas. Y en esa excelencia han tenido mucho que ver, además del buen hacer de viticultores y bodegueros, las condiciones meteorológicas de los últimos veranos. Pero la situación de este año es completamente diferente. El tiempo, lejos de ayudar a los profesionales del campo, está poniendo mil y una trabas. La última, la lluvia que ayer llegó a la denominación de origen. Los viticultores miran ahora con temor al cielo. Si sigue lloviendo y las temperaturas se mantienen elevadas hay riesgo de que la cosecha que está actualmente en la vid siga sufriendo.
Los primeros problemas con la cosecha de este año se registraron durante el mes de mayo. En el momento de la floración, aparecieron las lluvias y eso provocó que algunos de los futuros racimos se echaran a perder. Las altas temperaturas y las constantes lluvias que se produjeron entonces provocaron, de nuevo, un ataque de mildiu. Pero la enfermedad no ocasionó demasiadas pérdidas, pues los viticultores supieron controlar a la perfección esta plaga.
A pesar de todas estas inclemencias, las previsiones del consello regulador seguían siendo de lo más optimistas, pues la futura producción se encontraba en un buen estado sanitario. Solo hacía falta un mes de septiembre caluroso, que permitiera a la cosecha madurar adecuadamente y alcanzar los grados de acidez y maduración precisos para ser vendimiada. Sin embargo, una vez más, las cosas no están saliendo según lo previsto. Agosto se despidió con una granizada histórica que, por suerte, apenas ha tenido incidencia en la uva. Y septiembre ha comenzado con lluvias y altas temperaturas. Una situación ideal, explican los técnicos, para que haga su aparición la botritis.
Por si todo esto fuera poco, las previsiones para los próximos días hablan de más lluvia. No es de extrañar así que los viticultores de la denominación de origen hayan comenzado a mirar al cielo con preocupación. La cosecha ha aguantado hasta ahora en perfecta condiciones, pero su calidad dependerá de lo que suceda durante los próximos veinte días.