Un collar de uvas

Jonathan

Jueves 13 de Marzo de 2025

La conexión entre el vino y la cultura griega a través de los mitos

¿Alguna vez un sorbo de vino te ha transportado a un lugar o momento específico de tu vida? Siempre he creído que el vino guarda secretos, aquellos que solo se revelan a quienes saben escucharlo. Tal vez esta idea esté relacionada con las palabras de Plinio el Viejo: "El vino es la luz del sol unida por el agua". Pero, ¿y si esa luz pudiera iluminar también nuestras emociones y recuerdos más profundos?

Desde la hermosa conexión entre la cultura griega y el tributo al vino, hasta el nombre dado a la actual Italia, conocida como "Enotria" —la tierra del vino—, el Mediterráneo ha sido cuna de una profunda relación con esta bebida. En este contexto, las culturas clásicas griega y romana, dos de las más ricas e interesantes que existen, mantuvieron un vínculo estrecho con el vino, especialmente en sus mitos y leyendas.

Una de estas leyendas es la de Baco y Ariadna. Baco, como es ampliamente conocido, es el dios griego del vino, la fertilidad y la locura ritual. Este último término, "locura ritual", resulta fascinante y está directamente relacionado con las famosas bacanales, en las que, por cierto, estoy seguro de que habría participado si hubiera vivido en la Grecia Clásica.

Mientras tanto, Ariadna era una princesa de Creta, conocida por ayudar a Teseo a escapar del laberinto del Minotauro y por enamorarse de él. Teseo, y hablo solo desde mi punto de vista, ya que no hay unanimidad al respecto, posiblemente se aprovechó de Ariadna y simplemente la usó para escapar del laberinto, ya que en cuanto tuvo oportunidad la abandonó en la isla de Naxos, una de las 6,000 islas griegas en el Mar Egeo, situada en el archipiélago de las Cícladas.

Después de un tiempo debatiendo con su soledad y angustia, Ariadna se encontró con Baco, quien se enamoró de ella a primera vista y, para demostrarle su amor y devoción, le regaló un collar de uvas. Este era símbolo de su reino y poder. Ariadna aceptó encantada el regalo, convirtiéndose en ese momento en la esposa de Baco y, por consiguiente, diosa del vino y de la pasión desenfrenada.

Hay quien dice que el vino que fluye de las uvas del collar de Ariadna es el más delicioso y embriagador que se pueda encontrar, y que quien lo bebe experimenta un éxtasis divino y una conexión con los dioses. Creo que todos estamos de acuerdo en que las leyendas tienen parte de realidad y parte de mito, pero al revisar esta historia, creo que muchos esperaríamos que esta Ariadna, diosa del vino y de la pasión desenfrenada, realmente existiera para tener así la oportunidad de probar su vino... ¿Ustedes qué opinan?

¡Salud y buen vino!