Viernes 07 de Noviembre de 2025
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Este viernes, 7 de noviembre, se celebra el Día del Merlot, una fecha que reconoce a una de las variedades de uva tinta más conocidas y consumidas en el mundo. El Merlot tiene su origen en Francia, concretamente en la región de Burdeos, y desde allí se ha extendido a numerosos países productores. Su popularidad se debe a su suavidad y a la facilidad con la que puede acompañar distintos tipos de platos.
El nombre “Merlot” aparece documentado por primera vez en el siglo XVIII en la zona de Libournais, aunque existen registros anteriores, del siglo XIV, que mencionan esta variedad bajo el nombre de “Crabatut Noir”. La tradición indica que el término proviene de “merle”, palabra francesa para mirlo, un ave que suele alimentarse de estas uvas oscuras.
En la actualidad, Francia sigue siendo el principal productor mundial de Merlot. Le siguen Italia, Estados Unidos, España, Australia y Chile. Este último país cuenta con cerca de 10.000 hectáreas dedicadas al cultivo de esta cepa, lo que le sitúa entre los cinco mayores productores a nivel internacional.
El Merlot es conocido por su textura suave y su final aterciopelado. Sus aromas recuerdan a frutas como ciruelas, moras y arándanos. Estas características hacen que sea una opción preferida tanto para quienes tienen experiencia en vinos como para quienes están comenzando a conocer este mundo.
Javier Brzovic, jefe de Comunicaciones de Casillero del Diablo, explica que el Merlot combina una estructura amable con una expresión frutal intensa. Según Brzovic, esto facilita su consumo en diferentes situaciones y lo hace accesible para muchos paladares.
En cuanto a las combinaciones gastronómicas, el Merlot es un vino versátil. Su cuerpo medio y taninos suaves permiten acompañarlo con carnes blancas como pollo o pavo. También armoniza con pescados grasos como atún o salmón preparados a la parrilla. Los estofados suaves son otra alternativa adecuada. Para complementar estos platos, se pueden añadir salsas con ciruelas y tomillo o guarniciones como verduras salteadas y papas al horno.
El dulzor natural del Merlot ayuda a equilibrar comidas picantes o especiadas. Por eso se recomienda junto a platos orientales o recetas mexicanas como tacos y burritos. En la cocina local chilena, el pollo con merquén es un ejemplo de cómo este vino puede realzar los sabores sin perder su suavidad.
Las preparaciones al horno también encuentran en el Merlot un buen acompañante. Platos como costillas de cerdo o pastel de carne combinan bien con hierbas aromáticas como laurel o romero. En la cocina italiana, pastas, lasañas y pizzas pueden servirse junto a este vino gracias a su estructura equilibrada.
El Merlot marida igualmente con quesos y embutidos, por lo que resulta adecuado para tablas de picoteo. Las verduras grilladas como cebolla, pimientos o berenjena también son opciones recomendables tanto en platos vegetarianos como junto a carnes.
Para finalizar una comida, el Merlot puede acompañar postres intensos y frutales. Preparaciones como peras al vino tinto o un volcán de chocolate resaltan su perfil suave y completan la experiencia gastronómica.
La celebración del Día del Merlot busca poner en valor la historia y las cualidades de esta variedad. Su presencia en diferentes regiones vitivinícolas y su capacidad para adaptarse a distintos estilos culinarios explican por qué sigue siendo uno de los vinos tintos más apreciados por consumidores y profesionales del sector.
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