Javier Campo
Miércoles 27 de Marzo de 2024
Leído › 4460 veces
Fue uno de los primeros sumilleres que hubo en Sudamérica y ha aparecido en infinidad de medios de comunicación de países como Estados Unidos México, Colombia, Perú, Uruguay y España.
En su Argentina natal, consiguió además impregnar de éxito su restaurante Pampa Roja, algo que está dedicado a muy pocos y es que fue portada de Forbes en su edición del país del cono sur.
En la actualidad su podcast Me lo dijo Braga es uno de los más escuchados por los vinofilos de habla hispana y su pasión por la prescripción del vino le han llevado a abrir la Academia Braga en la que se puede acceder a infinidad de contenido formativo por suscripción.
Pero esto, lo podemos leer y conocer entrando en la red. Ahora, lo que queremos es conocer a la persona que hay detrás de la copa.
Yo nací en una casa en la que jamás se bebió vino, así que de tradición no vengo. El vino comenzó a interesarme de chico, eso es cierto, cuando con mis padres viajábamos y veíamos a la figura del sommelier siempre impoluto hablando de gastronomía, de cultura, de geografía... evidentemente algo me despertaba. De hecho, a mis 19 años comencé a estudiar la carrera de sommelier sin nunca antes haber bebido una copa de vino.
Creo que como absolutamente todo en la vida, se hace. Se hace eternamente. Se moldea, se crece, se aprende. Es una carrera al horizonte... cuanto más avanzás, más lejos se corre la meta. Así que, si no se disfruta el camino, sabiendo que no se sabe nada, creo que nos perderíamos una parte importante.
El anfitrión que disfruta el disfrute ajeno. Trabajé en sala solo en mi restaurante, durante años, así que mi experiencia está súper sesgada a lo que fue Pampa Roja y todo lo hermoso que logramos allí. A nivel gastronomía, siendo reconocidos como el Mejor Restaurante de Argentina, y a nivel vinos, con la carta de bebidas internacionalmente más premiada del país. Fue una etapa tan maravillosa como intensa, porque la sala tiene una demanda que sinceramente hoy no extraño... pero cada vez que salimos a comer con mi mujer ("Borsani", para los amigos), nos pica un poco el bichito.
La profesión como tal puede ser que hoy viva tiempos de esplendor de cara al mundo (aunque internamente no creo que sea una profesión valorada en otros sentidos). De cualquier forma, me gusta pensar que vale lo que uno hace que valga. Y ahí la responsabilidad es individual, y nos cae sobre los hombros a cada uno de nosotros el saber qué hacer con nuestra profesión y cómo encararla.
A ver. La primera respuesta es la aburrida: "no tengo". Eso lo decimos todos, porque es cierto que (1) profesionalmente uno siempre está motivado por la infidelidad vínica, mantra de todo bebedor serial y, (2) tenés cientos de cuestiones que definen que hoy prefieras un vino por sobre otro, y mañana cambies. Pero si me la tengo que jugar, la segunda respuesta sería el Etchart Privado Torrontés.
Algún tinto un poco retorcido, pero clásico. Que te invite a pensar, porque los que me conocen saben que soy bastante (demasiado) pensante jajajajaja.
Uf, uno toma tanto de tantas personas en su carrera. En distintos momentos, tuve profesores que me marcaron mucho en mis inicios, como Luis Fontana y Gustavo Precedo en mis tiempos de estudiante en Buenos Aires. Después con los años uno termina absorbiendo mucho más de enólogos, incluso tejiendo lazos de amistad. También figuras como Elisabeth Checa en Argentina tuvieron una forma de ver las cosas que le sumaron un montón a mi vida laboral.
La sala me encantaba, pero es un ritmo para dedicarle una partecita de tu vida, nunca me vi trabajando en sala eternamente. Es cierto que personalmente disfruto muchísimo viendo cómo otras personas disfrutan, por eso el restaurante tiene algo maravilloso imposible de replicar en otros ámbitos. La educación es menos arriesgada, pero impactás a más personas, y eso me fascina. En ambos casos tenés un montón de puntos de unión. Entonces, para responder la pregunta, diría que disfruto más la sala, pero soy mucho más feliz enseñando.
Una experiencia reveladora fue un queso de mohos azules elaborado con leche de ovejas Papintas y una Terrantez 20 años de Henriques & Henriques, Madeira.
Ja, linda pregunta. Me súper resigno. Soy el tipo más relajado del mundo saliendo a comer, y me parece horrible el comensal que hace pasar malos momentos al equipo de sala. No sé si está bien o mal, pero si voy a un lado en donde como mal o lo que sea, jamás me quejo... no vuelvo probablemente, pero jamás me quejo.
Uno único es imposible, no creo que exista un profesional (ni una persona, claro) admirable en su 100% y todos tenemos nuestras cosas lindas y no tanto. Hay personas que me encanta escuchar desde su sapiencia, otros en la destreza en servicio, en su forma de comunicar.
Iría por un Pinot Noir probablemente, porque es una uva que me encanta y no me cansa.
Miles, siempre, porque para atrás ni para tomar envión. Este año está siendo espectacular con BRAGA Academia, transformamos el modelo de negocio a una suscripción, con muchos invitados de los que aprendemos, y eso me entusiasma muchísimo. Hay que crecer con eso, sin dudas.
Mariano Braga, muchas gracias por estar con nosotros en Vinetur.
Javier CampoLeído › 4460 veces
Fundada en 2007, Vinetur® es una marca registrada de VGSC S.L. con una larga historia en el sector del vino.
VGSC, S.L. con CIF B70255591 es una entidad inscrita en el Registro Mercantil de Santiago de Compostela, Boletín 181, Referencia 356049 en el Tomo 13, Folio 107, Sección 6, Hoja 45028, Inscripción 2
Email: [email protected] | Telf.: +34 986 077 611
Sede y oficinas en Vilagarcía de Arousa