Australia y China buscan resolver su disputa sobre el vino mediante la OMC

La disputa comercial sobre el vino entre Australia y China busca una resolución inminente mediante la Organización Mundial del Comercio (OMC). El Primer Ministro australiano, Anthony Albanese, y el ministro de Comercio, Don Farrell, han dado pasos significativos para tratar de resolver este contencioso que ha afectado gravemente a la industria vinícola australiana y a la economía del país.

Australia es uno de los principales productores de vino a nivel mundial, con una exportación que alcanzaba los 1.200 millones de dólares australianos (unos 725 millones de euros) hasta enero de 2020. Sin embargo, tras la imposición de aranceles por parte de China, el país asiático, que era el principal mercado de exportación para el vino australiano, ha disminuido significativamente sus compras.

En una maniobra que muestra la seriedad con la que Canberra toma este asunto, el Primer Ministro Albanese ha anunciado su visita a China, la primera por parte de un líder australiano desde 2016, para tratar de resolver el conflicto del vino.

Esta visita se produce además, después de que las relaciones entre ambos países sufrieran un fuerte desgaste en 2020 debido a un conflicto diplomático que resultó en bloqueos comerciales.

El ministro de Comercio, Don Farrell, recordará a las empresas que exportan a China los "riesgos significativos" que conlleva depender en demasía de un único cliente. Durante un discurso ante el Consejo Empresarial Australia-China en Canberra, Farrell subrayará que las barreras comerciales chinas aún permanecen en torno a 2.000 millones de dólares australianos en exportaciones, una cifra que, aunque menor, sigue siendo preocupante. El ministro también alentará a las empresas a diversificar sus mercados para evitar situaciones similares en el futuro.

La disputa sobre los aranceles al vino fue presentada formalmente por Australia ante la OMC en 2021. Según las normas de la organización, una vez que se elabora un informe, se proporciona a cada una de las partes implicadas y se hace público tres semanas después. Aunque los funcionarios no pueden hacer comentarios públicos sobre el informe previo a su publicación, el optimismo del Primer Ministro sugiere que la decisión podría ser favorable para Australia.

Con respecto a la resolución de conflictos comerciales, Farrell manifestará que Australia prefiere resolver estos asuntos a través de la negociación y el diálogo antes que recurrir a los mecanismos de solución de controversias de la OMC. Como ejemplo, se citará el caso de la cebada, donde Australia suspendió su queja en la OMC, permitiendo que China revisara y retirara los aranceles del 80,5% que había impuesto en 2020.

Es indiscutible que el tiempo apremia. Con la publicación inminente de un fallo de la OMC, las implicaciones para la industria vinícola australiana son enormes. Si bien Australia ha buscado diversificar sus mercados, el mercado chino representa una oportunidad demasiado grande como para ignorarla. Por lo tanto, la resolución de esta disputa podría sentar un precedente significativo en las relaciones comerciales entre ambas naciones y en la industria vinícola mundial.