Entre el Mediterráneo caliente y el Atlántico nutriente

Licor donde maceran pieles de naranjas amargas. Foto de Alfredo Selas Bollullos Par del Condado, en la zona suroeste de España, es...

Martes 13 de Junio de 2023

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Licor donde maceran pieles de naranjas amargas. Foto de Alfredo Selas

Bollullos Par del Condado, en la zona suroeste de España, es una limpia, luminosa población donde el color blanco de sus casas contrasta con el verde de las viñas en los alrededores, amparadas por la DOP Condado de Huelva.

Ahí, en esos campos levemente ondulados, las cepas de la variedad Zalema y otras medran tierra dentro pero cerca de las marismas del Parque Nacional de Doñana. Cepas curtidas que sobreviven como pueden al albur de los vientos que, o bien soplan calientes del Mediterráneo o frescos y nutrientes desde el Atlántico.

La vid es una liana trepadora terriblemente adaptativa que, en ese ambiente climático tuvo que renegar de su condición natural para sobrevivir a la intemperie bajo una luz solar abrasadora, sin las ventajas que otorga la altitud. Por eso, sus frutos -uvas blancas con generosos azúcares- por contingencias sobrevenidas gracias al azar y a la necesidad tuvieron a bien aliarse con las levaduras (también muy adaptativas) para modular  rutas metabólicas, con la ayuda de alcoholes vínicos con los que se encabezan los "mostos" y obtener así los vinos generosos, o sea, la irrepetible sublimación mística de los vinos finos, amontillados, olorosos. Igual que sucede en el Marco de Jerez y en Montilla-Moriles. Pero luego, además, se añade otra floritura añadida: los Vinos Naranja.

Las 36 pequeñas bodegas familiares y sus viticultores de la DOP Condado de Huelva trabajan poco más de 3.000 ha y la mayoría se encuentran en Bollullos Par (en el límite) del Condado. Un buen ejemplo del acervo  histórico y cultural, y un saber hacer ancestral propio de la comarca es la bodega Sauci. Begoña Sauci y su hermana recogieron el testigo de su padre (quien fue pionero en Bollullos  embotellando vinos en 1965), aunque los orígenes familiares datan del siglo XVIII. Ellas elaboran -además de los vinos generosos y naranja- también vinos tranquilos, vinagres y vermut. De carácter emprendedor, son conscientes de lo complicado que resulta darse a conocer al tener la urbe vinícola jerezana de vecina, por lo cual, a base de iniciativas, de iniciativa, ofrecen propuestas de vinos, marcas, formatos, etiquetas, contextos culturales y experiencias enoturísticas atractivas. Es encomiable que no utilicen la botella jerezana: ellas entienden que así acercan los vinos generosos a la mesa de los restaurantes; y por lo mismo quieren romper el tópico de que los vinos generosos no son para mujeres: han diseñado curiosos etiquetas para sus vinos con leyendas con bases emocionales, para identificar tipos de personas a quienes les complacerán sus diferentes vinos.

Con 15º de alcohol y una bonita botella opaca de color naranja, el vino naranja S´ Naranja presenta un luminoso color leonado con destellos de oro viejo, limpio y brillante. En nariz muestra una muy buena intensidad aromática bidimensional: se la reparten las notas propias del vino base generoso con su crianza biológica y la potencia del licor largamente macerado con pieles de naranjas amargas; apuntes de barnices, orejones, paloduz, en un ambiente muy espirituoso en la copa. En boca es suave, agradable, con sensaciones táctiles acariciantes, voluptuosas y bien integradas, para nada ardientes; final limpio y con matices que enriquecen y alargan el vino. Una delicia para disfrutarlo con lentitud en tranquilas tardes de invierno.

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