¿Quieres convertirte en un experto en vino… en un fin de semana?

Si tienes a bien perder un poco de tiempo en hacer la prueba, solo tienes que entrar en el buscador de tu ordenador o dejar que las redes sociales hagan su magia para tener mogollón de cursos cortos y seminarios en los que sales convertido en Master of Wine (o parecido).

Hay cursos de vino en los que estudias viticultura, variedades de uva, el cultivo de la vid, enfermedades de la planta y nuevas tendencias y en un pimpam te ofrecen salidas profesionales como enólogo, bodeguero, sumiller y catador de vinos profesional. Y solo en 40 horas cómodamente desde casa. Eso sí. Impartido por un prestigioso profesorado: un diplomado en turismo y un biólogo que ha hecho el Curso de Formación Pedagógica. Eso sí que es garantía.

El centro de formación de al lado de casa ofrece el Curso Profesional de Sumiller y Maridaje en 10 clases de dos horas. En solo dos semanas, puedes formar parte de la élite del mundo del vino, gracias a un experto profesor que no ha trabajado nunca en el mundo del vino y la restauración, pero sabe mucho.

Sarcasmos aparte, no solo pasa esto en estos pseudo cursos, podemos encontrar personas que hacen un conocido curso de 1 dia, luego otro de 3 y luego otro de 6. Y ¿con eso ya eres un experto en vino? Claro que no. Pero por lo menos es una formación en la que no engañan a nadie, te dicen lo que vas a aprender, lo que vas a beber y lo que te va a costar. Y tú, lo aceptas o no.

Incluso podemos encontrar un libro que se llama Experto en Vino en 24 Horas y, la firma no es precisamente de una pelacañas, es de la prestigiosa crítica de vinos Jancis Robinson. Y luego, también puedes encontrar plataformas con artículos que te explican como ser un experto en vino en tan solo 12 pasos.

¡Y la gente perdiendo el tiempo!

¿Todo esto quiere decir que la formación en vinos dependiendo del método es mejor o peor? Pues no. No quiere decir nada de eso. Podemos encontrar muy buena formación presencial o también on-line, teniendo en cuenta claro, la parte organoléptica en la que la nuestros sentidos deben estar presentes para poder probar. Pero, sobre todo hay que decir que, ser un experto en vino u otras bebidas no va a ser fruto de la casualidad o de la prisa. Los años de experiencia, las horas de estudio, las botellas probadas, el dinero invertido, las vivencias, las visitas a bodegas, las catas... Todo ello suma y, desde luego, nunca se termina de aprender.