El buen servicio del “Pacharán Navarro”: cómo ser un auténtico experto en cata

Elaborado tradicionalmente desde 1441, el Pacharán Navarro es una bebida espirituosa con Indicación Geográfica de baja graduación (25-30º), que se...

Marta Mejía

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pacharán navarro

Elaborado tradicionalmente desde 1441, el Pacharán Navarro es una bebida espirituosa con Indicación Geográfica de baja graduación (25-30º), que se obtiene con la maceración de las endrinas en un anisado, consiguiendo una combinación de aromas y contrastes: suave e intenso, dulce y ácido, seco y afrutado. Pero, ¿cómo debemos catar este producto tradicional para apreciar correctamente todos sus matices?

A la hora de catar el pacharán se deben de tener en cuenta dos factores fundamentales: la temperatura y el vaso.

El Pacharán Navarro es una bebida joven, fresca y versátil que se puede saborear de múltiples maneras. En caso de degustarlo solo, debe estar bien frío, entre los 3º y 7º de temperatura. Este licor también se puede servir con hielo, pero se recomienda usar cubitos grandes y no en pedazos pequeños para no perjudicar la cata del producto.

La elección del tipo de vaso o copa es importante en la degustación del Pacharán Navarro. Se puede usar un vaso tipo on the rocks, un vaso bajo, o una copa de balón de toda la vida.

Ahora que ya sabemos la correcta temperatura y el vaso adecuado para degustar el pacharán, lo siguiente que se debe conocer es el proceso de cata.

La cata visual del pacharán comienza antes incluso de servirlo en la copa. En primer lugar, debe observarse la botella y su etiquetado. A través de este primer acercamiento al producto podremos conocer su grado alcohólico, la procedencia de las endrinas, su proceso de elaboración y lo más importante, saber si se trata de un pacharán genérico o de un producto IGP Pacharán Navarro.

Tras fijarnos en estos detalles, pasamos a la cata del contenido. En esta primera fase visual, hay que prestar atención a la densidad, el brillo y la tonalidad. El brillo debe ser alto, sin presentar turbidez o poso, ya que esto sería sinónimo de una mala elaboración. En cuanto al color, será siempre rojo pero dependiendo del tiempo de maduración puede variar de un color rojo más rosado a un rojo cereza pudiendo llegar a un tono tostado o marrón según el inicio de la oxidación.  Independientemente del tono del producto, la intensidad no será muy alta ya que la piel de la endrina es muy fina y no aporta un color fuerte.

Una vez realizada la cata visual, pasamos al examen olfativo. El aroma del pacharán es elegante, combinando los toques afrutados con un fondo anisado. A pesar de no tener un aroma intenso, este licor no debe presentar olor a almendra, café o canela ya que esto escondería ese aroma delicado y afrutado característico del producto.

cata

Tras la fase olfativa, llega el momento de la degustación en boca. Esta es la fase más importante a la hora de catar el Pacharán Navarro ya que las endrinas no aportan un color ni un aroma muy intenso pero sí que son muy expresivas en sabor. Catar un buen pacharán debe trasladarnos a este fruto en boca, es decir, un sabor dulce con toques ácidos y sensaciones astringentes sin llegar a ser muy cítrico o intenso.

Además, otro factor importante es la permanencia en boca. Un buen pacharán dejará ese agradable sabor afrutado en boca, mientras que en el caso de un pacharán de baja calidad desaparecerá rápido.

¿Un truco para ser un auténtico experto en cata? Después de la degustación del producto en boca, vuelve a llevarlo a la nariz. Esta segunda cata olfativa es muy interesante para productos como este con poca intensidad aromática. Al haberlo probado en boca, se percibirán mucho mejor los toques afrutados trasladándote directamente a los campos de endrinas de la Comunidad Foral de Navarra.

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