Por qué son importantes las Cooperativas: La unión hace la fuerza

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Viernes 07 de Mayo de 2021

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Es sencillo imaginar que estamos en uno de esos paisajes manchegos en donde el amarillo pajizo de los campos se entremezcla con el color tierra de los viñedos en espaldera. Una pequeña carretera de asfalto con aspecto roído nos lleva a la cooperativa del pueblo, fundada hace décadas por los labriegos y bautizada con el nombre de la patrona. Allí, los grandes depósitos de acero y la vieja nave adaptada a modo de tienda, conviven con un moderno módulo de oficinas, que bien podría ser una de esas bibliotecas públicas de diseño de cualquier capital nórdica.

No demasiado lejos de allí, a menos de una hora en coche, varios jóvenes se afanan en decidir la próxima estrategia de promoción en redes sociales  de otra de las cooperativas vinícolas de la zona, una cooperativa que se ha hecho más visible desde que se integró en la que es una de las cooperativas aceiteras más importante de España.

Esto que he descrito anteriormente no es sino el ejemplo de la modernización y digitalización que están llevando a cabo muchas de las cooperativas de la zona manchega y trasladado a territorio nacional a otras zonas como la levantina, la madrileña o la aragonesa, por poner otros ejemplos. Los principales valedores de este hecho están siendo esos hijos y nietos de cooperativistas que han decidido apostar por su pasado familiar y por la tradición, un deporte de riesgo en los tiempos que corren de globalización, desruralización y  latifundismo de grandes bodegas.

 

                                  Cooperativa Cristo del Humilladero. Cadalso de los Vidrios 

 

Por otro lado, jóvenes preparados academicamente y que un día salieron de sus pueblos a estudiar en universidades o en el extranjero, han decidido volver y apostar por sus orígenes, dando un aire nuevo a estas cooperativas y adaptándolas a la situación actual donde, nos guste o no, cobra vital importancia la digitalización antes mencionada.

Hoy, más que nunca, creo en la importancia de las cooperativas y en su valor diferencial como un claro ejemplo de la vuelta al origen, la de esos vinos sencillos para ser disfrutados sin más, al abrigo de una buena cháchara, alejados del puntaje que en ocasiones reciben y que no miden el esfuerzo y la pasión que hay en ellos.

En estos tiempos convulsos, sigo creyendo que la unión hace la fuerza y, gracias a estas personas entregadas a la cultura del vino y si las administraciones y corporaciones ponen un poco más de su parte para fomentar el tejido rural y su incentivación, las cooperativas están llamadas a ser el mejor de los dinamizadores económicos y turísticos de las zonas rurales.

Larga vida a las cooperativas...

Un artículo de Jorge Pérez
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