La Cooperativa vinícola del siglo XXI: Del socio viticultor al socio accionista

Problemática fiscal de las cooperativas agrarias de elaboración de vino

Carlos Lamoca Pérez

Jueves 20 de Diciembre de 2018

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Las sociedades cooperativas tienen como una de sus finalidades principales, el reforzar la posición individual de sus socios en un mercado competitivo, uniéndolos en una entidad suficientemente potente,  para obtener la mayor rentabilidad en operaciones mercantiles que, de efectuarse personalmente por los socios, no sería tal.

Para alcanzar esta meta, el camino que abordan, originariamente similar en todas ellas, ha experimentado, no obstante,  notables transformaciones desde hace ya tiempo. Si en un principio fue el componente personalista (el socio) el centro de recepción principal de toda la actividad cooperativa haciendo que ésta, se enfocase directamente hacia él (principalmente el excedente económico que  la actividad cooperativa generase), no transcurrió mucho tiempo para que, en determinadas entidades Cooperativas, los propios socios, advirtiesen de la capital importancia de que fuese la Cooperativa, el actor principal en el entorno de economía internacionalizada en que se mueve el mercado vitivinícola. Este fenómeno de asunción de protagonismo que podríamos denominar de "adaptación y modernización", va trayendo como consecuencia que, cada día menos testimonialmente y a semejanza de las sociedades mercantiles, sean las necesidades de inversión y excelencia de la propia Cooperativa-empresaria, las que hayan adquirido prioridad sobre las demandas personales de los empresarios-socios. O lo que es lo mismo, que sea la actividad puramente empresarial de la Cooperativa la que adquiera protagonismo e imagen frente a terceros.

Si se quiere subsistir y sobre todo, si se quiere crecer y ocupar nuevos espacios, si se quiere en suma, tener "presencia" y "referencia" en los mercados, no hay otro camino que el que traen estas nuevas corrientes de "profesionalización". Unas corrientes según las cuales es ineludible que la Cooperativa deje de ser solamente instrumental y pase a ser la gerencia técnica, financiera y administrativa de todo el viñedo de los socios. O lo que es lo mismo: Que el socio sea cada día más accionista y menos viticultor tradicional.  Y que la Cooperativa, sea cada día  más gerente y más viticultor profesional.

El fenómeno está en marcha y pensamos que es imparable. No obstante, hay que poner los pies en tierra y hasta tanto haya adquirido importancia cuantitativa, no hay que olvidar que todavía, la realidad es otra. Son muchos más los casos de Cooperativas tradicionales, en las que los viejos hábitos subsisten y es el socio el que resulta destinatario principal del excedente, como viticultor privado y diferente que es, respecto de la Cooperativa.  Esta realidad, esta "tradicional" forma de gestionar, trae como consecuencia que uno de los fines fundamentales de la Cooperativa, sino el  principal en muchos casos, sea el que, a los socios y no la cooperativa, se les destine el grueso del resultado obtenido por esta última.

En las formas cooperativas tradicionales, los socios deciden un presupuesto de gastos razonables de mantenimiento e inversión de la Cooperativa (Bodega) de forma tal que, ese presupuesto,  libere la mayor parte del excedente empresarial en favor de esos socios, bien para destinarlo al consumo o bien a las necesarias inversiones y gastos de sus propias infraestructuras (viñedo).

CONTINGENCIAS TRIBUTARIAS ESPECÍFICAS

Las formas tradicionales de gestión a las que aludimos originan importantes y específicos problemas de orden tributario. Como todo el sector agroalimentario, las Bodegas de vino se enfrentan  a importantes problemas de gestión provocados por las inevitables exigencias de coherencia entre la multitud de documentación que la mismas generan.

Documentación administrativa a rendir a las Consejerías de Agricultura, a los Consejos Reguladores de las DO, documentación contable, documentación fiscal...Todas ellas hacen que unos mismos datos se repitan en unos y otros documentos, sin que, normalmente, se vigile su coherencia y/o congruencia.

Pero es que, además y en el caso de determinadas sociedades Cooperativas, la preeminencia del componente personalista, puede originar problemas específicos de orden tributario que, en todo caso, resultan de una importancia cuantitativa considerable. Es a estos problemas específicos a los que se dedican la serie de artículos que VINETUR publica escalonadamente.

Tales artículos serían los siguientes:

1º) PROBLEMÁTICA FISCAL DE LAS COOPERATIVAS AGRARIAS DE ELABORACION DE VINO (UNO)

"LOS PRECIOS DE TRANSFERENCIA EN LAS ENTREGAS DE UVA A LA COOPERATIVA"

Este trabajo ya ha sido publicado en la revista VINETUR y puede consultarse aquí.

2º) PROBLEMÁTICA FISCAL DE LAS COOPERATIVAS AGRARIAS DE ELABORACION DE VINO (DOS)

"COMPENSACIONES DE IVA EN LAS ENTREGAS DE UVA POR SOCIOS ACOGIDOS AL RÉGIMEN ESPECIAL DE LA AGRICULTURA"

Debido a la posible complejidad de este problema, de este trabajo se hacen dos publicaciones:

  • Una primera, divulgativa y de sencilla lectura,  destinada a aquellos que quieran conocer las consecuencias tributarias que se derivan de la política de emisión de recibos por compensaciones que decida la Cooperativa ;
  • Otra segunda, inevitablemente técnica, ésta destinada a aquellos que quieran conocer las razones interpretativas y normativas que abonan las citadas consecuencias tributarias.

3º) PROBLEMÁTICA FISCAL DE LAS COOPERATIVAS AGRARIAS DE ELABORACION DE VINO (TRES)

"CONCLUSIONES Y VISION DE FUTURO"

Este trabajo ya ha sido publicado en la revista VINETUR y puede consultarse aquí.

No es necesario llamar la atención sobre algo obvio como es que, el equilibrio entre la modernidad y la tradición es precario. Por un lado la natural tendencia a repartir la mayor parte del excedente entre los socios y por otro, la paralela tendencia "empresarial" de los Consejos Rectores a priorizar las necesidades de inversión en la propia sociedad, es un ámbito de encuentros muchas veces problemático. Pero hay algo meridiano, según sea la fuerza, bien del componente personalista, o bien del componente profesional, la Cooperativa tendrá más (profesional), o menos (personal) presencia y potencia en el mercado. Y esta mayor presencia, esta mayor potencia, es una meta ineluctable si se quiere ser un referente en un mercado tan complejo como es el vitivinícola.

Carlos Lamoca Pérez
Inspector de Hacienda del Estado.
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