El vino es el superproducto

El vino es el superproducto. Lo ha sido desde hace 4.000 años y lo seguirá siendo cuando alcancemos el punto de singularidad tecnológica. Y en vino... ¡somos campeones del mundo!

Superproducto en el sentido de que se comercia vino de forma significativa desde tiempo de los fenicios, que ha sido siempre motivo de orgullo de cada pueblo y también, que su comercio ha influido de forma notable en la economía y prosperidad en cada momento (como cuando nuestro vino procedente de Tarraconensis "invadió" el mercado en Roma).

Pero sobre todo porque las condiciones de mercado en las que se realizaba su comercio han sido siempre muy difíciles, como lo son hoy, sólo aptas para productores y comerciantes avezados, en una condición casi de competencia perfecta y en un mercado global que por cierto, se globalizaba primero siempre en el comercio del vino.

El automóvil por ejemplo, podría ser candidato también a la categoría de superproducto. Pero el vino le saca 4.000 años siéndolo. El vino ha sido siempre parte fundamental en nuestras culturas y nuestras formas de vivir. Por eso es también la mejor forma de conocer los distintas formas en las que somos humanos, y en los distintos territorios que ocupamos.