¿Hacia dónde camina el vino español en el exterior?

El OeMV trabaja, en colaboración con la consultora Deloitte, en un plan estratégico para mejorar la posición de España en el mercado global

Carmen Fernández

Miércoles 20 de Mayo de 2015

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Con algo más de 4 mil bodegas y 85 zonas de producción de vino reguladas, nadie duda que España es una gran potencia vitivinícola que se mantiene a la cabeza en superficie dedicada a la viña con un millón de hectáreas plantadas. Junto con China, Francia, Italia y Turquía, acaparan nada menos que el 50% de la superficie mundial plantada de vides. Sin embargo, somos el primer exportador en volumen, que no en valor, y el tercer país productor, con 38,2 millones de hectolitros puestos en el mercado en la campaña 2014-15 con una producción récord en 2013 que fue la segunda más alta en cuanto a hectolitros de vino disponible (73,8 millones de hectolitros), según el balance final de la campaña 2013-2014 publicado por el MAGRAMA a comienzos de este mes. En el mercado español actual, mayor producción supone un incremento de las exportaciones puesto que ni el mercado interno ni los mercados del mosto, del alcohol de uso de boca ni el de mermas pueden asumir estos incrementos, pero ¿qué tipo de exportaciones son las que crecen?

Comparada con la anterior campaña, el Balance del Vino recoge un gran incremento en la producción de vinos y mostos sin DOP cuya producción aumentó algo más del 74%, 32,2 millones de hectolitros, en el caso de vino y hasta un 77%, 8,2 millones de hectolitros, en el del mosto. Si a ello sumamos la caída de las destilaciones -que siguen en retroceso desde la campaña de 2011 pasando de aproximadamente 10 millones de hectolitros que se destilaban a los entre 3 y 4 millones actuales- , vemos que las exportaciones de granel son ahora el gran colchón en el que se apoya el equilibrio del balance vitivinícola, con un significativo incremento de los graneles vendidos en Europa.

Hace escasos días FENAVIN acogía el debate sobre la situación actual de los mercados y la posición de España en el mercado global del vino. Bodegas y entidades del sector coincidieron en destacar la necesidad de vender mejor el vino español, reforzando el contacto con los mercados externos a través de un mayor fortalecimiento de los equipos comerciales. Pero también surgió otra gran pregunta: ¿Qué es lo que debemos vender? ¿hacia dónde debe caminar España?

El presidente del Observatorio Español del Mercado del Vino, Rafael del Rey tras su intervención en FENAVIN, donde el OeMV ofreció una ponencia en torno a las tendencias mundiales del vino y la posición de España en este mercado global, anunciaba que “estamos trabajando en un plan estratégico para los vinos españoles que saldrá en los próximos meses, y en para el que estamos contando con todo el sector. Queremos que sea lo más participativo posible, canalizando las opiniones del conjunto de los agentes implicados en el sector vitivinícola”. El plan, impulsado por el patronato del OeMV en colaboración con Deloitte pretende ofrecer respuesta a estas preguntas.

Y es que la cantidad de vino para vender no corre paralela a nuestra capacidad de venta y, en cuanto se incrementa la producción, crece la venta de graneles. “Es deseable ir a vinos con marcas potentes y con mayor valor pero no debemos olvidar que el 55% de nuestras exportaciones son graneles, y esta es una realidad que no se cambia en dos días”, explica Rafael del Rey, que incide en la necesidad de contar con un plan estratégico que trace un horizonte de trabajo a medio y largo plazo. Una idea que ya apuntaba el bodeguero Carlos Falcó cuando afirmaba que la venta de más de la mitad de la producción de vino español en granel “tira hacia abajo de la imagen de España como productor de vino”, al tiempo que apuntaba a la búsqueda de excelencia como la única vía para competir en un mercado en el que por precio nos van a acabar ganando.

Cabe recordar que España se situó en 2014 como el principal exportador mundial de vino, y así lo constatan los datos de la OIV. Con un crecimiento del 21,7% en volumen, las exportaciones españolas sumaron 22,6 millones de hectolitros. Sin embargo, en valor de las exportaciones se redujo un 4,9%, hasta 2.468 millones de euros, por detrás de Francia e Italia.

Aunque el debate no se reduce a graneles sí o no. “El problema no es que se venda granel, el problema es que se venden barato, a 0,40€, frente a Italia, por ejemplo, que lo vende casi al doble”, explica el presidente del OeMV. Si observamos, además, a qué países vendemos nuestros graneles, fundamentalmente Francia, Italia, Portugal y Alemania, veremos que son países que usan nuestros vinos para reexportar o mezclar con los suyos, por lo que siempre estaremos obligados a vender estos graneles a precios inferiores, ya que son para reexportar. “Debemos ir a graneles de mayor calidad, y a consumidor final, ya que se venden a un precio mayor”, explica aunque para cambiar estos conceptos debemos partir desde la base misma de la producción, teniendo en cuenta cuáles son los incentivos que se ofrecen a los viticultores, ya que esto determinará si caminamos hacia mayores producciones o hacia producción de calidad, por ejemplo. Un debate muy complejo y con muchos prismas, pero que es necesario abordar con la máxima urgencia para lograr incrementar el valor de mercado del vino que vendemos. Una vez más el eterno debate calidad vs cantidad.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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