El emblemático Viña Lanciano respira aires de renovación con la excepcional cosecha 2010. Un vino con nombre propio

Bodegas LAN saca al mercado la cosecha 2010 de su emblemático Viña Lanciano. Se trata del primer vino elaborado por bodegas LAN en sus inicios y que desde esa primera añada ha crecido y evolucionado. Elaborado exclusivamente con las uvas de Viña Lanciano, una finca en la ribera del río Ebro, que marca su carácter y además le concede su nombre.

Este meandro natural del Ebro, es suelo fluvial formado por canto rodado, terreno excepcional para una viticultura sostenible de calidad, en plena Rioja Alta y en las estribaciones de la Sierra de Cantabria.

En Viña Lanciano el invierno fue frío y con abundantes precipitaciones, la primavera algo lluviosa y con bajas temperaturas dejó pasar un verano cálido y seco bajando las temperaturas nocturnas con un óptimo estado vegetativo y sanitario del viñedo .

Vendimia

La vendimia comenzó el 3 de Septiembre y se prolongó hasta el 9 de Octubre, obteniendo un fruto con mucho tanino y alta intensidad aromática cuyas excelentes condiciones nos hicieron pensar que estábamos ante una cosecha extraordinaria en Rioja.

Se seleccionaron uvas de cepas de más de 30 años recogidas manualmente y escogidas en mesas de selección a su entrada en bodega. Solo los granos en perfecto estado pudieron pasar a la fase de fermentación en pequeños depósitos troncocónicos de acero inoxidable con largas maceraciones y remontados continuos para conseguir una óptima extracción de color. Posteriormente realizó una fermentación maloláctica en barrica nueva de roble francés.

36 meses de guarda

Este vino mantiene una guarda en bodega de 36 meses, 18 de crianza y otros 18 en botella. La crianza se lleva a cabo durante 12 meses en barricas de roble francés de Troncaise y 6 meses en barrica de roble ruso del Caúcaso, afinando su carácter en botella durante 18 meses.

Vino singular de personalidad propia por el excepcional terruño del que proviene, disfruta de los mejores rasgos de los vinos de Rioja, combinado con las características propias e intransferibles de su cuna, el Ebro, donde las cepas hunden sus raíces, a su paso por Viña Lanciano que con esta excelente añada luce sus mejores galas con una imagen renovada que respira su historia. Una historia con nombre propio.