Viernes 14 de Noviembre de 2025
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha publicado este viernes sus primeras estimaciones sobre la producción mundial de vino para 2025. Según los datos iniciales, la producción se situará entre 228 y 235 millones de hectolitros, con una previsión media de 232 millones. Esta cifra supone un aumento del 3% respecto a la cosecha de 2024, que fue especialmente baja, pero sigue siendo un 7% inferior a la media de los últimos cinco años.
En el caso de la Unión Europea, la producción provisional para 2025 se estima en torno a los 140 millones de hectolitros. Esto representa un incremento moderado de 2,1 millones (+2%) en comparación con el año anterior. Sin embargo, el volumen sigue siendo un 8% menor que la media quinquenal. Si se confirma esta previsión, 2025 será el segundo año con menor producción de vino en la Unión Europea desde el inicio del siglo XXI. La UE mantiene su posición como principal región productora, con el 60% del total mundial, una proporción similar a la registrada en la última década.
España continúa como el tercer productor de vino dentro de la Unión Europea. Para este año, la OIV prevé una producción de 29,4 millones de hectolitros en el país. Esta cifra supone una reducción de 1,7 millones (-6%) respecto a 2024 y se sitúa un 15% por debajo del promedio de los últimos cinco años. Se trata de una de las cosechas más bajas registradas en España en las últimas décadas. En los últimos treinta años, solo en dos ocasiones —2023 y ahora en 2025— la producción nacional ha caído por debajo de los 30 millones de hectolitros.
La disminución en España responde principalmente a la sequía prolongada que afecta al país desde hace tres años consecutivos. A esta situación se han sumado episodios de calor intenso durante el verano y tormentas localizadas con granizo, factores que han provocado estrés en las viñas, reducción del rendimiento y retrasos en la maduración del fruto en muchas zonas productoras. Además, la escasez de agua y una mayor inestabilidad climática han acelerado la reducción de superficie dedicada al viñedo.
El informe provisional de la OIV pone así de relieve las dificultades que atraviesa el sector vitivinícola español y europeo ante fenómenos meteorológicos adversos y cambios estructurales en el cultivo. Los datos definitivos se conocerán a finales del año, cuando finalicen las vendimias y se consoliden los registros oficiales.