Los Granitos del Ródano Norte: donde la Syrah nace vertical

En el Ródano Norte, el granito no es simplemente un suelo; es una memoria viva, una estructura que obliga a la viña a superarse para poder existir. Sus fracturas retienen el agua de manera mínima y precisa, lo justo para que nunca sea un regalo, sino un desafío constante. Esa tensión profunda provoca que la Syrah se hunda en vertical, explorando capas minerales que acabarán marcando su carácter.

En estas laderas inclinadas, donde trabajar es casi un acto de fe, la vid aprende a resistir. La Syrah que nace aquí no busca la exuberancia: busca la verdad. Es recta, afinada, tersa. Expresa una pureza aromática particular —violeta, pimienta, grafito— siempre sostenida por una energía mineral que vibra en el paladar.

Cada terraza es el resultado de generaciones que han esculpido la montaña para que la viña pudiera agarrarse a ella. Cada vendimia exige precisión, paciencia y un respeto absoluto por un paisaje que no concede atajos.

El granito no habla del pasado: lo sostiene.
Eleva la Syrah hacia una verticalidad que solo existe aquí, en estos suelos tensos y luminosos del Ródano Norte.

Para quienes aman los vinos esenciales, honestos y llenos de relieve, este territorio no se describe: se escucha.