KOTE: La parrilla coreana premium que revoluciona Madrid

Una propuesta innovadora que combina tradición y modernidad, ofreciendo una parrilla asiática premium interactiva y llena de sabor, en un ambiente acogedor y con un servicio impecable

Jueves 24 de Julio de 2025

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En plena calle Princesa, a escasos pasos de la Plaza de España, ha abierto sus puertas KOTE, un nuevo restaurante que eleva la parrilla coreana a un nivel poco habitual en Madrid. Bajo el lema de cocina "premium y de autor", este buffet asiático rompe moldes al combinar el formato libre con una ejecución milimétrica: cada mesa cuenta con su propio chef, encargado de preparar al momento cortes seleccionados de carne y platos con identidad propia. Lejos de limitarse a ampliar la oferta asiática en la capital, esta apertura la sacude con una propuesta que apuesta por la experiencia, el producto y el espectáculo a partes iguales.

Nada más cruzar la puerta, uno entra de lleno en la experiencia. KOTE envuelve al comensal en un ambiente acogedor capaz de conjugar con naturalidad la estética funcional de los locales de comida rápida japonesa con la calidez propia de la tradición coreana. En la barra, las maderas claras, los elementos artesanales y una iluminación suave generan una sensación de pausa y cercanía. Al fondo, el comedor sorprende con un estilo más urbano: ladrillo visto, tuberías al descubierto y toques industriales que aportan personalidad sin romper la armonía del conjunto. Un espacio diseñado para acompañar desde lo sensorial, sin distracciones ni artificios.

Una experiencia guiada entre tradición japonesa y libertad gourmet

La propuesta surge tras un viaje iniciático a Japón y Estados Unidos, donde el equipo exploró dos formas muy diferentes de entender la parrilla. En Japón, encontraron un enfoque más estructurado, basado en menús degustación cerrados con cortes seleccionados por el restaurante, liberando al comensal de la constante toma de decisiones. En contraste, en Estados Unidos la oferta era más libre y abierta, aunque menos guiada. Finalmente, optaron por adaptar el modelo japonés en Madrid, combinando estructura y libertad bajo un mismo techo para que la experiencia resulte fluida y sin complicaciones. En este marco, Víctor Camargo —con experiencia en Salmon Guru, Genko o Guru Lab— firma una parrilla asiática refinada, donde cada preparación refleja técnica, criterio y una personalidad bien definida.

Para adentrarse en la experiencia, KOTE ofrece dos menús diferenciados: el Degustación, de 29,95 €, y el 360 por 39,95 € al incluir también cocktail y postre. Ambos permiten repetir todos los platos en rondas sucesivas —con un máximo de dos por persona— y adaptan su ritmo y cantidad al número de comensales, convirtiendo cada visita en una experiencia completamente personalizada. Otro de los rasgos distintivos del restaurante es la figura del cocinero asignado a cada mesa, encargado de guiar durante toda la experiencia, resolver dudas, sugerir combinaciones y supervisar cada preparación. En nuestro caso fue Rosi, cuya cercanía, profesionalidad y atención constante marcaron la diferencia, como también lo hizo el resto del equipo de sala. Al ser el propio cliente quien cocina la carne al momento, las propiedades organolépticas se conservan intactas: es un bocado recién hecho, que va del fuego al paladar sin intermediarios.

Entrantes con personalidad: gyozas, lasaña y croquetas para compartir

Los entrantes arrancan con fuerza y personalidad, destacando especialmente las dos versiones de gyoza de langostinos, que brillan por su intensidad y equilibrio: las guisadas en salsa chilicrab al Jerez con emulsión de chipotle y las crujientes rellenas de sobrasada y queso manchego son un festín de sabores sorprendentes. La lasaña a la coreana deslumbra por su textura cremosa y un sabor increíble gracias a la bechamel infusionada con cardamomo, mientras las croquetas cremosas de pato aportan un toque dulce y delicado que redondea la experiencia. A estos platos se suman otras propuestas como el pollo karaage con mermelada agridulce de chiles o el jajangmyeon de secreto ibérico, completando un repertorio variado y estimulante para compartir.

El alma de la parrilla: carnes selectas y cortes premium para una experiencia inolvidable

El corazón de KOTE está, como no podía ser de otra forma, en la parrilla. La selección de carnes —todas de altísima calidad y cortadas en porciones de 100 gramos para cada pareja de comensales— ofrece un recorrido sabroso y bien calibrado por distintos estilos de cocinado y origen. Como nos explicó Rosi, en Japón los cortes suelen ser más finos, pensados para una cocción rápida y precisa; por eso aquí han optado por sumar también opciones de perfil más europeo, más carnosas y contundentes, para ampliar el espectro y adaptarse al gusto local.

Entre las imprescindibles, destaca la entraña de ternera, marinada con un adictivo chimichurri coreano que potencia el sabor sin enmascararlo; la aguja de vaca con salsa bulgogi casera, jugosa y sabrosa; o la oyster blade, ahumada en frío, con matices más complejos. La presa al ajillo se deshace con un punto exacto de cocción y aroma profundo, mientras que el exclusivo tataki de wagyu —limitado a una sola porción por persona— es umami en estado puro, delicado y explosivo a la vez. También hay espacio para propuestas más informales como la mini hamburguesa de Angus madurado o los pinchos de pollo satay, panceta o cerdo con soja dulce y jengibre, pensados para comer con las manos y disfrutar sin protocolo.

Para quienes buscan llevar la experiencia un paso más allá, KOTE ofrece una selección de cortes premium que, por un suplemento adicional, elevan aún más el nivel de la propuesta. El wagyu A5 de máxima calidad es, sin duda, la estrella: un bocado mantecoso, de textura sedosa y sabor profundo, que prácticamente se deshace al entrar en contacto con el paladar. Una auténtica delicia para carnívoros exigentes. Además, la carta incluye otros cortes de alto nivel como el short rib, el lomo bajo de vaca gallega madurada o la brocheta de solomillo, opciones pensadas para ampliar el recorrido carnívoro con piezas de mayor profundidad y refinamiento.

Como complemento a los cortes a la parrilla, KOTE ofrece una amplia selección de acompañamientos que enriquecen y personalizan aún más la experiencia. La propuesta, lúdica y abierta, invita a cada comensal a combinar, envolver o aderezar a su gusto. Desde salsas cuidadosamente elaboradas —soja dulce, brava o la mezcla de especias Kōte— hasta bases versátiles como el arroz japonés, los fideos fríos coreanos o las hojas de lechuga, ideales para crear bocados a medida. No faltan guiños más creativos, como el cocokimchi casero, el daikon encurtido o el parmentier a las cinco especias, que aportan profundidad y matices inesperados. También hay opciones informales, como patatas con parmesano, y toques frescos como guacamole y pico de gallo, completando una propuesta divertida y sabrosa

El broche dulce y líquido para una experiencia completa

Conviene dejar sitio para el postre, porque el tramo final del menú mantiene el nivel con creaciones dulces a la altura de toda la experiencia. El volcán de chocolate con toffee salado y helado es un bocado intenso, goloso y perfectamente equilibrado, pensado para disfrutar sin reservas. Por su parte, la mousse templada de tarta de queso sorprende con su textura ligera y un helado de sésamo negro que aporta carácter y contraste. La carta se completa con el mochi helado de Ferrero Rocher, ideal para un final más juguetón, y la torrija infusionada en leche de coco y pandan con bolitas de Tapioca, con un guiño asiático suave y aromático.

La propuesta líquida acompaña con acierto y versatilidad. La carta incluye cervezas artesanas locales, una selección de vinos variada y bien escogida —pensada para maridar tanto con las carnes como con los platos de inspiración asiática— y, como punto fuerte, una cuidada coctelería firmada por Diego Cabrera, uno de los grandes referentes del sector. Creaciones como la China Colada, el Tequila Dragon o el Sour Plum aportan frescura, originalidad y dialogan con la cocina sin robar protagonismo. Un acompañamiento líquido a la altura de una propuesta que entiende la experiencia gastronómica como un todo.

KOTE se presenta como una apuesta firme y renovadora dentro de la oferta gastronómica madrileña, capaz de aunar tradición y modernidad en cada detalle. Su enfoque "premium y de autor" no solo eleva la parrilla coreana a nuevas cotas, también invita a disfrutarla de forma interactiva y personal, con una experiencia diseñada para los amantes de la carne y los exploradores del sabor. Un espacio acogedor, una cocina cuidada y un servicio atento completan un conjunto que merece la pena descubrir y repetir, especialmente para quienes buscan algo distinto, sin renunciar a la calidad ni a la autenticidad.

Un artículo de Alberto Sanz Blanco
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