La Caminera Club de Campo firma el plan definitivo para las noches de verano: barbacoa gourmet y música en directo

Los viernes de verano en La Caminera Club de Campo empiezan con brasas encendidas, copas y música en directo sonando al fondo. En la terraza de su restaurante El Prado, junto a la piscina, arranca un plan pensado para desconectar, disfrutar del aire fresco y dejar que la noche fluya. Así son las Noches al Fresco: barbacoa al fuego de leña, saxofón en vivo y un ambiente perfecto para alargar el día sin prisas.

Cada semana, el espacio se transforma en un pequeño oasis dentro del campo manchego. Las mesas al aire libre, la brisa que corre entre los olivos y la luz cálida del atardecer marcan el ritmo de unas veladas que invitan a bajar las revoluciones. Sin dress code ni protocolo, solo ganas de disfrutar de buena comida, buena música y buena compañía.

Así, entre el frescor de la noche y la calidez del fuego, las Noches al Fresco se consolidan como el plan estrella del verano en La Caminera Club de Campo. Una propuesta pensada para quienes valoran los pequeños placeres: el punto justo de la brasa, el sonido del saxo mientras llega el postre o ese primer sorbo de vino cuando empieza a caer la noche.

Barbacoa, música en directo y el encanto de lo sencillo bien hecho

La propuesta gira en torno a una barbacoa tradicional al fuego de leña, con cortes seleccionados y producto de calidad, pensada para disfrutar sin pretensiones. El sabor ahumado, el ambiente distendido y las mesas compartidas crean una experiencia que mezcla lo gastronómico con lo vivencial.

Todo ello acompañado del sonido en directo de un saxofonista, que cada semana aporta el ritmo perfecto para acompañar las cenas sin robar protagonismo al momento: música suave, elegante, con alma, que envuelve sin invadir.

Un plan de verano para repetir (y recomendar)

Las Noches al Fresco no son solo un plan, sino una forma de celebrar el verano con todos los sentidos. Una experiencia que invita a dejarse llevar por el ritmo pausado de la noche, el aroma de la leña y la melodía del saxofón, mientras la cocina y el entorno hacen el resto. Porque hay placeres que solo se disfrutan al aire libre, y este es uno de ellos.